Stryn, entre lagos y un glaciar

AutorIvett Rangel

Enviada

NORDFJORD, Noruega.- Al arribar al municipio de Stryn, las historias de avalanchas acosan al viajero. De la más reciente -en diciembre de 2011-, todos los habitantes hablan como si hubiera sucedido apenas ayer, hayan sido o no testigos directos de este fenómeno común en la región, y lo hacen sólo para explicarle al visitante la razón por la que hay tantos árboles caídos en las montañas o pedazos de tierra sin hierba. Dos detalles que, los recién llegados, aún no han tenido tiempo de advertir.

Pero la comprensión llega después de abandonar el equipaje en una de las habitaciones del hotel Alexandra y elegir como primera actividad un paseo en bicicleta del valle de Stryn al valle de Loen para admirar el paisaje protagonizado por montañas inalcanzables y dos extensos lagos, uno para cada pueblo.

Luego de rodar cerca de varias de las granjas más antiguas de Noruega y por la orilla de un río repleto de salmones, que une a los lagos de Stryn y Loen, el guía de turistas Mats Yri cuenta que dos avalanchas han marcado la vida en esta región.

En 1905 y 1936, se desprendieron rocas inmensas de la montaña Ramnefjell cayendo estrepitosamente en el lago de Loen. La primera rompió el hielo que cubría el agua y arrasó a todas las viviendas ubicadas en la orilla; 61 personas perdieron la vida. Nadie creyó que esto pudiera suceder otra vez, pero poco después de tres décadas, una roca de mil metros de diámetro levantó una ola de 70 metros que arrasó nuevamente el valle; murieron 74 personas.

"En ese tiempo, nadie había escuchado hablar de tsunamis, pero eso es lo que fueron", dice Mats.

Ahora, se honra la memoria de los fallecidos con dos lápidas de piedra repletas con sus nombres y colocadas frente a la Iglesia de Loen.

Por los tesoros que guarda en su interior, esta construcción de madera merece un vistazo. Tras dejar las bicicletas "estacionadas" frente al lago, Mats presume una biblia, de 1586; un libro de salmos, de 1606; otro de himnos, de 1702 y uno más de rezos de, 1760.

También destaca que la cruz celta que se encuentra a la entrada tiene más de mil años, lo que da testimonio de que esta es una de las zonas cristianas más antiguas de Noruega.

A través de Olden

Stryn también comprende el valle de Olden, en el que abundan granjas lecheras y una embotelladora de agua de glaciar. Olden, junto con Voss, son dos de las marcas más reconocidas en este país.

Se debe cruzar el valle entero, ahora en automóvil, para llegar hasta el Parque Nacional de...

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