Sufren chocoanos drama de la guerra

AutorOctavio Pineda

Corresponsal

RÍO ATRATO, COLOMBIA.- "¡Señora, una culebra se le está metiendo a la casa!", alertó un vecino a Luisa María, una negra chocoana, madre de familia, que vive en Tanguí, un caserío a orillas del caudaloso Río Atrato, en medio de la segunda selva tropical más lluviosa del mundo.

La casa de Luisa María es en realidad una choza de madera con techo de láminas de zinc, otras tienen techo de hojas de palma, asentada sobre troncos que la puedan poner a salvo de las inundaciones.

"Se ahogan los pisos. Y cuando llueve se pierde la cosecha de arroz", cuenta la mujer a REFORMA a las puertas de su hogar.

Si no fuera por el río, a Tanguí se lo tragaría la selva. Al caserío se llega navegando desde Quibdó, capital del marginado departamento de Chocó, ubicada al occidente de Bogotá.

Los niños toman clases cuando hay maestros, que vienen de Quibdó y hacen presencia en Tanguí de lunes a viernes, porque el fin de semana vuelven a la capital chochoana.

El paludismo y la diarrea son dos enfermedades que aquejan a los niños. La temperatura rebasa los 32 grados centígrados.

La situación humanitaria en Tanguí obligó al Programa Mundial de Alimentos (PMA) de Naciones Unidas a implementar en el caserío su llamada Operación Prolongada de Socorro y Recuperación.

El 70 por ciento de la comunidad, conformada por 120 familias es lo que las organizaciones humanitarias llaman "resistentes", porque se han resistido a abandonar sus hogares ante la presión y el amedrentamiento de los grupos armados.

El 30 por ciento restante son desplazados de comunidades como las del Río Buey, afluente de Río Atrato.

Tanguí ha sufrido, como pocas comunidades, el acoso de los actores armados, incluidas las paramilitares Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), las guerrillas de las FARC y del ELN, y hasta la fuerza pública.

"A este poblado le ha tocado vivir todos los síntomas de la degradación del conflicto social, político y armado que vive el país, producto del asentamiento de los diferentes actores que han hecho presencia a lo largo y ancho del Atrato", cuenta Ramiro Rodríguez, Alcalde del municipio Medio Atrato, al que pertenece Tanguí.

"Ha habido presencia inicialmente de las AUC, después de las FARC y luego del ELN. Aquí en la misma comunidad, las FARC asesinaron a tres miembros", abunda el Alcalde.

En 2002 la población de Tanguí se vio obligada a desplazarse casi en su totalidad ante el acoso de las FARC, que asesinaron al abogado del consejo comunitario local.

"A partir de...

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