Sufren los deudores de acoso y amenazas

AutorMariel Ibarra

"Es usted un irresponsable por haberse endeudado si no iba a poder pagar. ¡Póngase a vender chicles en la esquina, para que junte y nos pague, porque si no, le vamos a abrir un proceso judicial!".

Ésta es sólo una de las múltiples medidas utilizadas por los despachos de cobranza para amedrentar a los clientes de tarjetas de crédito y tiendas de autoservicio en un intento por obligarlos a que se pongan al corriente con sus pagos vencidos.

Según testimonios recabados, el acoso telefónico, el hostigamiento y las agresiones verbales no son sólo cada vez más frecuentes, sino que van subiendo de tono.

Los gestores llaman insistentemente a la casa, al celular o a la oficina del deudor, para "recordarle", hasta 120 veces en un día, que tiene una deuda que saldar.

Las amenazas pueden ir desde enviar una carta que simula un proceso judicial en contra del deudor, hasta visitas al domicilio para advertir de embargos, llamadas a su oficina para enterar al jefe del adeudo de su subordinado o, en el extremo, hasta colocar recados afuera del domicilio para exhibirlo ante su familia y sus vecinos como "deudor".

Los métodos de hostigamiento se emplean a pesar de que en 2006 la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios y Servicios Financieros (Condusef) firmó un convenio con la Asociación de Profesionales en Cobranza y Servicios Jurídicos justo para evitar que las agencias emplearan la amenaza y las agresiones verbales contra los morosos.

De este convenio se desprendió un "Código de Ética", que poco o nada se cumple.

"Se evitará hacer uso de lenguaje obsceno o de palabras altisonantes al establecer comunicación con el deudor...

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