Sufren migrantes 'limbo' en la frontera (II)

AutorHenia Prado

Enviada

TIJUANA.- Desde "El Bordo" sólo basta una mirada para estar en Estados Unidos.

Aquí, a unos metros de la línea fronteriza, el cauce del río Tijuana es el hogar de unas 3 o 4 mil personas que alguna vez fueron migrantes y quienes al ser deportados quedaron varados en la indigencia y la adicción a las drogas.

Es el limbo entre la miseria y la riqueza que anhelan en el otro lado.

De acuerdo con organizaciones civiles, Tijuana recibe el 20 o 30 por ciento de las 400 mil personas que en promedio son expulsadas anualmente del vecino país, lo mismo mexicanos y centroamericanos que se resisten a regresar a sus lugares de origen. Dejan de ser migrantes y se convierten en residentes.

"Hay gente que tiene aquí dos o tres años, porque no han podido pasar. Son migrantes deportados que llegaron con la esperanza de poder cruzar, hacen la lucha, y por eso para ellos es más fácil quedarse aquí porque 'la línea' está cerca, pero caen en depresión y es cuando empieza la droga y el alcohol y muchos ya se quedan allí", explica Micaela Saucedo, directora de Casa Refugio Elvira.

Poblanos, michoacanos, guerrerenses y de cualquier estado del País confluyen en el llamado "El Bordo", que se extiende a lo largo de 4.5 kilómetros.

Las aguas negras del canal, la basura y la poca vegetación son elementos que rodean las viviendas de cartón construidas debajo de la tierra por nacionales y extranjeros para sobrellevar la estancia en la frontera. Viven como topos, atrapados por las drogas y con enfermedades de transmisión sexual.

El hogar de Miguel y Guadalupe es un túnel de 2 metros de ancho por 1.5 de altura que da a las puertas del canal y se encuentra en total oscuridad. En él hay una cama, con cortinas y sábanas, y una estancia decorada con imágenes pornográficas y un espejo.

Él es originario de Puebla y llegó a Tijuana con su esposa y dos hijos hace 10 años. Ella es madre de dos varones y una niña.

"Es una vida normal como la de afuera, pero diferente, yo tenía todo y lo perdí, aquí somos uno mismo, aquí nadie es más ni menos, aquí nos defendemos, ayudamos y apoyamos", argumenta Miguel, quien a las 11 de la mañana va despertando.

"Tengo tres hijos, pero están con mi mamá, no los veo, pues la calle me gusta más", dice Guadalupe, quien apenas pronuncia palabras a causa de la droga.

La jornada en "El Bordo" inicia a las cuatro de la mañana, cuando la mayoría acude a la garita de San Ysidro. Entre centenares de automovilistas formados para ingresar a EU, los...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR