Sufren 'tren de la muerte'

AutorAna Laura Vásquez

Corresponsal

APIZACO.- El "tren de la muerte" es el transporte que conduce a cientos de indocumentados que viajan desde Centroamérica en busca del sueño americano.

La ruta va desde Chiapas, Oaxaca, Veracruz, Tlaxcala, México, San Luis Potosí, Coahuila, Nuevo León y hasta Tamaulipas.

En su paso por Apizaco, Tlaxcala -uno de los transbordos que realizan- los indocumentados se encuentran a gente de todo tipo.

Mientras unos los ayudan, otros buscan sacar provecho de ellos, incluso, los maquinistas permiten que aborden el tren, pero luego se detienen para pedirles dinero.

Óscar Corona, un indocumentado guatemalteco que ya en varias ocasiones a viajado en el tren, aseguró que es necesaria la "coperacha" para seguir adelante.

Sin embargo, dijo que es imposible dar dinero en todas las estaciones, pero reconoce que es el "negocio de las vías", y empieza desde Medias Aguas, Ixtepec, hasta Apizaco, y de ahí a su destino final.

Por cuarta ocasión, Óscar inició la odisea para llegar a Estados Unidos desde Guatemala. Acompañado de más de 60 ilegales, abordó el "tren de la muerte" desde Chiapas.

"Salí de Guatemala con 2 mil quet-zales (el equivalente a 2 mil 860 pesos), pero al entrar a México se me acabó. Le tuve que pagar a los policías para que me dejaran pasar, es toda una red de corrupción, pero lo hacemos para llegar a Estados Unidos y poder mejorar nuestra vida", narró.

"Nuestros países tienen muchos recursos como para vivir igual que en Estados Unidos, lo que pasa es que la corrupción es primero, y no nos dejan opción, tenemos que emigrar".

Con su experiencia, Óscar sabe que siempre debe cargar con una botella de agua, "se puede dejar de comer, pero no de tomar agua".

"Cuando pasa el tren, la gente nos avienta comida, fruta, ropa. Con una manzana casi me sacan un ojo, pero la agradecí, pues llevaba varios días sin comer", recuerda.

"Al momento de que el tren se pone en marcha, se debe correr sobre las vías para abordarlo, y si nos equivocamos, tenemos que aventarnos, es ahí donde muchos se mueren, porque caen en los rieles y el tren pasa por encima de ellos.

"He visto muchos accidentes, en esta semana murió un muchacho de Honduras, en Arriaga; la semana pasada, a una muchacha le cortó una pierna el tren, y se oyen muchas historias, es muy peligroso".

A sus 27 años, Óscar ya ha sido deportado en tres ocasiones, pero aun así no le teme a las autoridades, quienes "nos corretean y matan como perros, cuando sólo buscamos una mejor vida".

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