Sui-Sida / Animales y humanos

AutorEnrique Goldbard

En ocasión anterior (19/07/2003), adelantábamos en esta columna información acerca de los efectos de la relación entre humanos y animales, que va más allá de la simple afición por las mascotas o la crianza de ciertas especies para nuestra alimentación o experimentación.

Esta relación si no se establece bajo ciertas reglas mínimas de protección, tanto para la especie humana como para la de los animales, puede implicar daños graves para ambos; en el caso del ser humano, particularmente en la forma de las llamadas zoonosis, enfermedades transmitidas de los animales a los humanos.

Algunas de las zoonosis más conocidas son: la rabia (de origen viral), transmitida por muchos mamíferos; el ántrax (de origen bacteriano), más conocido por su reciente empleo como arma biológica; la toxoplasmosis (parasitaria), la sarna o escabiasis (un artrópodo), la salmonelosis (bacteria) y muchas otras.

En fechas más recientes habría que considerar los nuevos padecimientos originados de esta estrecha relación entre seres humanos y animales, relación que promueve el tránsito de microorganismos que han aprendido a librar las barreras entre especies.

Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), el mundo tiene que irse preparando para futuros brotes epidémicos de este tipo de males y para ello podrán ser útiles las lecciones aprendidas del Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS), del mal de las vacas locas o de la influenza aviar, aunque predecir cual será o de donde vendrá la siguiente epidemia parece todavía una empresa muy difícil.

En palabras de Francois Meslin, coordinador de la OMS para el control de zoonosis: "Las enfermedades zoonóticas emergentes son una cuestión regional y global de importancia creciente y su tendencia al alza continuará. Aunque los cambios continuos de los factores de riesgo conducen a imprevisibilidad y no podemos saber donde aparecerá la siguiente zoonosis".

El pasado 5 de mayo se reunieron en Ginebra los representantes de la OMS, la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés) y la Organización Mundial de Salud Animal, con la presencia de expertos en salud pública, veterinaria, microbiología, ecología y otras disciplinas.

Se sugirió que los expertos tienen que empezar a pensar más allá de la forma tradicional de investigación de enfermedades y empezar a considerar el posible papel que pudieran tener factores como el cambio climático, los viajes aéreos y el crecimiento de las grandes ciudades de...

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