Surge protesta global

AutorIsrael Covarrubias González

Cuando la atención en el ámbito internacional se vuelca nuevamente sobre el tema de la seguridad por variadas razones (terrorismo, la primera de ellas), y cuando se suponía que en el inicio del nuevo siglo asistiríamos casi en modo automático al ocaso de la acción reivindicativa, surge en modo pausado, amorfo y con resultados extraordinarios por lo menos al nivel mediático y de la conciencia política, el fenómeno de los movimientos sociales de carácter global. Ya con su primera aparición en 1999 en Seattle, permitía quebrar el análisis que hasta entonces parecía hegemónico -y francamente muchas de las veces demasiado superficial- de la llamada nueva derecha universitaria en muchas partes del mundo. Recordemos que uno de sus caballos de batalla era la supuesta muerte de la sociología y, con ella, la muerte de todo aquello que pudiese pasar como pensamiento crítico.

Sin duda alguna, el mundo había cambiado. Los actores eran otros, pues ya no había una Guerra Fría por discutir, pero en una cosa hay que ser muy claros: tanto el reduccionismo de corte empirista y de inspiración anglosajona, ha fragmentado el análisis social que la crítica ideológica que -según vociferan algunos- tiene orígenes en el pensamiento progresista. Pero de observar lo anterior a declarar la muerte de la principal ciencia social, me parece un salto exagerado. Por ello, la salida a la luz de la llamada protesta global, aún en estado embrionario, ha resultado ser una de las posibles salidas o, bien, defensas sociales que pueden -de llevarse hasta sus últimas consecuencias- modificar sustancialmente los contenidos de la globalización en su vertiente más fuerte: la neoliberal. Así lo expresa con toda claridad un grupo de investigadores italianos en una reciente obra publicada bajo el cuidado de Donatella della Porta y Lorenzo Mosca (la primera, considerada actualmente una de las máximas estudiosas del fenómeno en Europa), con el título de Globalizzazione e movimenti sociali (Roma, Manifestolibri, 2003).

Como demuestran los autores del libro, lo que confirma la salida a la luz de los movimientos sociales de carácter global es la claudicación parcial, pero ocaso a final de cuentas, del análisis disciplinario en las ciencias sociales para explicar fenómenos políticos emergentes. Sobre todo después de la pérdida de la visión doméstica de la política (Estado-sociedad) para dar cuenta de los nuevos desafíos sociales. El movimiento por una globalización desde abajo, importa...

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