Surge videodanza de un laboratorio

AutorDora Luz Haw

"Restituir la dimensión sagrada al cuerpo es un tema de lo colectivo, no de lo individual, puesto que enfrentamos una crisis donde la modernidad nos ha orillado a vivir con los sentidos alterados. Hemos roto nuestra relación con la sabiduría del inconsciente", advierte Rodrigo Angoitia (DF, 1967).

El coreógrafo mira una contradicción entre las expectativas que se tenían frente a una modernidad que prometía cierta "evolución" de lo humano y una realidad completamente diferente donde el individuo, obligado a vivir encerrado en su cápsula, ha dejado de tener pertenencia a su propio entorno.

A partir de esta inquietud Angoitia trabajó con el artista visual Alfredo Salomón (Puebla, 1968) y 12 alumnos del Centro de Producción de Danza Contemporánea (Ceprodac) en un laboratorio para cuerpo y video que culminó en la producción 12MOAI.

Esta videodanza, donde Salomón hace de la pantalla el espacio coreográfico en el que Angoitia explora el movimiento, tendrá su estreno mundial hoy a las 19:00 horas a través del sitio de internet www.danzanet.tv

Angoitia cuenta que los primeros días se tomó su tiempo para trabajar con los bailarines a partir de una técnica poco conocida en México que se llama

Investigación de Movimiento Auténtico, promovida por Mary Whitehouse, que estimula la conexión del ejecutante consigo mismo.

Tiene su base en estudios psicoanalíticos junguianos y el reto, explica el creador, es que los bailarines exploren lo que los mueve "desde dentro", su relación con el inconsciente. El fin es llevarlos a detectar, dentro de su universo de impulsos de movimiento, los que son relevantes y genuinos.

Después comenzaron a hacer ejercicios y bocetos en diversas locaciones como la terraza del Ceprodac, la casa de una bailarina y en en la Clínica Regina en el Centro Histórico, cuenta Salomón, quien antes ha trabajado en videodanza con Evoé Sotelo.

Al final decidieron montar en el Salón Juárez del Centro Cultural Universitario Tlatelolco, un espacio que les resultó atractivo por su piso de mármol, la luz que entra a través de los ventanales, la altura de la sala y una iluminación con decenas de focos que parecen conformar un universo artificial.

Ya in situ, el estudio corporal se centró en la vibración, una especie de metáfora sobre el flujo de energía, señales e información al que se está sometido actualmente, describe el videasta.

Angoitia, bailarín y actor, comenzó...

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