La Tarea / ¿Cómo Puedo Proteger a mi Hijo?

AutorJeanene Bluhm Bruns

Les he platicado sobre el problema de abuso sexual en los niños. Mencioné que este tipo de asalto es más común de lo que creíamos. Los asaltantes normalmente no son extraños "feos" y "locos", más bien son personas de confianza y de autoridad que aprovechan la relación cercana que tiene con los niños. Muchos asaltantes aprovechan la dependencia que el niño(a) siente hacia al adulto, entonces, como papás, debemos vigilar a los adultos con quienes tienen contacto nuestros hijos, incluyendo las personas en las que confiamos y nos caen bien.

Nuestros niños sienten que sus papás somos todo poderoso y que sabemos todo lo que ocurre en su vida. Esto obviamente no es cierto ni posible. Por esta razón es vital que hablemos con ellos sobre el abuso sexual.

"Cuando tenía siete u ocho años, el vecino me invitaba a sentarme sobre sus piernas, mientras que él y mis papás tomaban café en el desayunador. Le gustaba abrazarme. Yo también lo quería, pero a veces me sentía 'rara' y quería bajarme y salir. Me acuerdo buscando la mirada de mis papás tratando de adivinar su opinión. No sabía qué hacer. Nunca se me ocurrió que mis papás no sabían lo que yo quería".

Podemos defender a nuestros hijos en su derecho a decir "no" fijándonos en el malestar o inquietud de su cara. Es importante enseñar a nuestros hijos a confiar en sus propios sentimientos y también que les mostremos que nosotros, sus padres, tomamos muy en serio su derecho a de decir "no".

Debemos hablar con nuestros hijos, desde muy pequeños, y dejarles claro que no tienen que aguantar situaciones donde no quieren ser tocados o abrazados por otros miembros de la familia, ni amigos. Nosotros podemos notar cuándo los hermanos mayores o sus amigos intimidan o atemorizan a los niños más pequeños. Podemos defenderlos y después hablar con ellos acerca de cómo los mayores los engañan y ayudarles a imaginarse cómo defenderse en el futuro.

Esta forma de protección es muy valiosa cuando nuestros hijos tienen contacto con personas de autoridad, como un líder en la iglesia, un entrenador o un adulto en la escuela. Los niños necesitan saber que sus papás no supondrán de inmediato que la autoridad tiene razón y sus hijos están equivocados.

Tenemos derechos a negar que nuestros hijos se queden al cuidado de adultos, parientes o amigos de la familia con quienes no sentimos confianza, ya sea por algo que hemos observado en su actitud, algo que nuestros hijos nos hayan mencionado o simplemente porque percibimos algún...

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