'En tema cultural no hay fronteras'

AutorSilvia Isabel Gámez

Globalizar no significa uniformizar, advierte el sociólogo y periodista Frédéric Martel. Aunque millones de personas en el mundo disfruten el Gangnam Style, las imágenes de Avatar o sintonicen CNN, siempre consumirán en mayor medida la cultura local, sostiene el autor de Cultura mainstream, una investigación de campo sobre blockbusters, hits y best-sellers.

De visita en México, Martel aclara en entrevista que su libro no es una guía sobre cómo generar un fenómeno de masas, sino una obra que explica los factores que permiten triunfar en la industria del entretenimiento. El gran referente es Estados Unidos, el gigante cultural que cuenta con el 50 por ciento del mercado de exportaciones a nivel mundial.

"En materia de cultura, las fronteras no existen", asegura.

"El factor clave es si un país es capaz de crear un producto mainstream". Con excepción de las telenovelas y la música vernácula, escribe Martel, son pocos los contenidos "latinos" de masas que circulan por el subcontinente americano.

A Estados Unidos no le interesa ejercer un imperialismo cultural, le importa ampliar sus mercados, generar un consumo masivo. "Con una población de millones de latinos, negros y asiáticos, es un país muy diverso, como un mundo en pequeño; lo que triunfe ahí, tendrá éxito en cualquier otro lugar".

Una de las reglas de la industria del entretenimiento es que va dirigida principalmente a los jóvenes, recuerda Martel. A Hollywood se le critica, dice, porque le interesa producir sobre todo películas para adolescentes, pero esto se debe a que son los mayores consumidores de cine.

"Hacen filmes pensados para hombres, porque saben que si el joven decide ver una película, la novia lo acompañará, pero si ella es quien la elige, generalmente no irá. Es por eso que las películas tienen algo de sexo, de violencia, porque van dirigidas a hombres jóvenes", explica.

En la cultura mainstream siempre es posible escalar posiciones; de acuerdo con Martel, existe una guerra de contenidos en el mundo entre países dominantes y emergentes, una lucha por el soft power. "Todos los países quieren participar con su capital creativo en la cultura mainstream, lo mismo en Hong Kong, Singapur, México y Bogotá, que en regímenes dictatoriales como Rusia y China".

La industria del cine en Estados Unidos, considera, es la más poderosa, cuenta con un gran capital y presencia en la mayoría de los países. "Hay excepciones como India, donde el 80 por ciento de la taquilla es local...

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