TEMPLO MAYOR

AutorF. Bartolomé

UN PAÍS DIVIDIDO es el que entrega el primer año de gobierno de Andrés Manuel López Obrador. La dos manifestaciones que hoy habrá en la Ciudad de México -una a favor y otra en contra- son un reflejo de esa división.

POR UN LADO, el Presidente llega a su aniversario con un alto nivel de popularidad, fundamentalmente por su estilo de gobernar que ha logrado mandar un mensaje de austeridad, sencillez y cercanía con amplios sectores sociales. A eso se suma, sin duda, su poder para comunicar e imponer, cada mañana, la agenda mediática y política.

EN CONTRAPARTE, las mayores debilidades en este primer año de gobierno son el estancamiento de la economía y la crisis de inseguridad. Si bien el peso se mantiene fuerte y la deuda pública no ha aumentado, la economía no creció.

SE HA CONFUNDIDO austeridad con subejercicio presupuestal, por lo que los supuestos ahorros no han sido tales y el gasto social se ha tenido que financiar con recortes a proyectos de inversión y organismos autónomos.

ENTRE los retos que enfrenta López Obrador para el segundo año está que su estilo de gobernar convierte al gobierno en el show de un solo hombre, centralizador y unipersonal. De esa forma, salvo Marcelo Ebrard, el resto del gabinete no brilla con luz propia, dejándole toda la carga al Presidente.

OTRO RETO es el de las consecuencias que pueda tener el recorte de participaciones a las entidades federativas. Se ha generado tal tensión que, por ejemplo, Chihuahua ya...

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