Templo a la naturaleza

AutorHaydé Murakami

El fotógrafo canadiense Gregory Colbert no entendía por qué aquél grupo de gente hindú caminaba hacia atrás cuando acabaron de ver la exposición y se dirigían hacia la salida.

"Es que en la India tenemos la costumbre de nunca voltearnos en un templo", le respondieron.

Y el fotógrafo de 46 años comprendió que eso era justamente su Museo Nómada, un templo a la naturaleza, un lugar que mostraba el producto del incansable trabajo artístico que hasta ahora le ha llevado 17 años y 50 expediciones, un lugar tan sereno y acogedor que desde que abrió sus puertas por primera vez en 1992 presentaba el reto no de atraer a la gente, sino de sacarla de ahí.

A partir de mañana se abre al público Ashes and Snow, la exposición que alberga este museo que eligió para su debut en América Latina el Zócalo capitalino.

Más de 50 fotos a las que viene mucho mejor el calificativo de "poesía-visual" y tres películas filmadas también por Colbert darán la bienvenida al ajetreado visitante chilango, para buscar el mismo resultado que ha logrado con el público en sus otras cinco visitas por el mundo: desnudarlo de su "coraza" y hacerlo entrar en silencio.

Humanos interactuando con elefantes, manatíes, ballenas, águilas, ibis, perros salvajes, guepardos y otros animales totémicos desfilan en este boceto de "bestiario universal" que se ha convertido en el proyecto de vida de Colbert.

El Museo Nómada ocupa más de 5 mil metros cuadrados, cuenta con dos galerías y tres teatros, además de ser por sí mismo una pieza de museo.

La estructura original, inspirada en el concepto del Arsenale de Venecia, donde fue presentada la exhibición por primera vez, ha evolucionado en México con la ayuda del arquitecto colombiano Simón Vélez, una eminencia en cuanto a diseño con bambú.

Contenedores de embarcaciones, cortinas hechas a mano y un millón de bolsas de té complementan la estructura monumental.

"Creo que es un museo democrático, no es sólo para la elite, y es una pieza viva de arquitectura, no una estructura como aquellas donde las obras van a morir", dice el fotógrafo en entrevista.

Arrullos visuales

El fotógrafo y cineasta se sienta y charla serenamente sobre su trabajo, sobre sus convicciones y sobre su vida con una generosidad cálida e inusual. A momentos dramatiza lo que cuenta entusiasmado.

Dice que la naturaleza le ha enseñado entre otros millones de cosas a confiar, y habla de ella como un enamorado irremediable.

"La naturaleza es el más grande poema de todos, y los seres...

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