El tesoro del Pacífico

AutorCirze Tinajero

BAHÍA DE BANDERAS, Nayarit.- Carreteras que se abren paso entre una vasta vegetación, escarpadas montañas que sirven de escondite a cientos de aves y risas de niños jugando a no ser alcanzados por las olas inspiran al viajero a disfrutar la vida con tranquilidad, para respirar pausado hasta sincronizarse con el ritmo de Riviera Nayarit.

La mayoría ha escuchado hablar, aunque sea un poco, de los poblados que conforman este destino, de la vida bohemia de San Pancho, de los lujosos hoteles de Punta Mita o las coloridas calles de Sayulita, pero hay que saber que hay otras 20 localidades en sus 307 kilómetros de costa, flanqueados por el Océano Pacífico y la Sierra Madre Oriental.

Cada uno de sus pueblos tiene una personalidad única, una gema auténtica que, al reunirse, todos crean el tesoro del Pacífico.

"Entre las peculiaridades de Riviera Nayarit es que hay un pueblo muy cerca de otro, a veces a 10 minutos o menos, lo que le da la oportunidad al viajero de hacer una itinerario tipo hop on hop off. Es decir, llega a un destino, se queda un rato o un día, vuelve a tomar la carretera, duerme en otro lugar y al día siguiente, disfruta de un destino distinto", cuenta en entrevista Richard Zarkin, gerente de relaciones públicas de la Oficina de Visitantes y Convenciones de Riviera Nayarit.

La costa de este destino se extiende por los municipios de Bahía de Banderas, Compostela, San Blas, Santiago y Tecuala. Y para explorarla por completo se requiere, mínimo, un par de semanas. Sin embargo, cuando el itinerario no lo permite, hay sitios que conquistarán al más exigente en unos cuantos días, con descanso al vaivén de las olas y la pintoresca vida de los pueblos mexicanos.

Con identidad de mar

Esta ruta comienza en Bucerías, a aproximadamente 18 kilómetros del Aeropuerto Internacional de Puerto Vallarta. Este lugar de Bahía de Banderas debe su nombre a que gran parte de sus habitantes dedican su día a sumergirse en el mar para buscar ostiones que llegan tanto a las mesas de los residentes como a la cocina del más elegante restaurante de Punta Mita.

Bucear para pescar es una actividad tan querida e importante en este pueblo que, hace tres años, en la Plaza del Viento -en el centro del pueblo- se colocó la escultura de El Buzo, obra del jalisciense Octavio González Gutiérrez.

La pieza se ha convertido en todo un referente de Bucerías, no faltan los grupos de amigos que quedan de verse ahí para emprender la parranda o los turistas que capturan desde este punto alguna bella postal del océano.

Esta escultura se halla muy cerca del mercado de Bucerías, por lo que hay que aprovechar para caminar por sus...

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