Tierra de cacao

AutorAnaline Cedillo

FOTOS: IVÁN SERNA

ENVIADOS

COMALCALCO, Tabasco.- El aroma del cacao prensado es intenso. Se percibe incluso al aire libre, donde las plantas crecen lejos de la fábrica. Se antoja beber una taza de chocolate, helado, si es posible.

A menos de media hora de la zona arqueológica de Comalcalco y a una hora de Villahermosa, está la Hacienda Jesús María, exportadora de cacao a países como Ecuador, Suiza o Bélgica y donde se elaboran los chocolates tabasqueños CACEP, recuerditos clásicos de cualquier travesía por este destino.

Entre árboles de plátano, cafetales, amates y palos mulatos, cientos de cacaoteros son cuidados en los viveros para obtener los preciados granos.

En la actualidad el cacao es protagonista en la elaboración del chocolate, en tiempos prehispánicos era utilizado como moneda de cambio.

"Vénganse a la sombrita, para que no sientan tanto el amor tabasqueño", dice don Juan Leyva, un hombre que a sus 85 años sobrelleva mucho mejor el clima caluroso y húmedo de este terruño.

Don Juan da recorridos a los visitantes por las instalaciones de la hacienda, adquirida en 1917 por el español Rutilio Peralta y actualmente administrada por Vicente Gutiérrez.

Lo primero que presume don Juan es cómo desde los años 50, gracias a un injerto, se mejoró el árbol de cacao para que en menos tiempo sus mazorcas estuvieran listas.

Antes tardaba cinco o seis años en que las bayas tuvieran 40 granos cada una y ahora sólo dos. Luego abre una mazorca y da a probar al grupo las semillas. Más o menos del tamaño de una almendra, cada grano está recubierto por una pulpa de mucílago color blanco que sabe entre dulce y ácido.

La idea es sólo chupar las semillas, pero quien las muerde halla que tienen una consistencia como de nuez y sabor amargo.

El perfume chocolatoso guía hasta la pequeña fábrica, donde en las mejores temporadas se procesan unos 2 mil 700 kilos diarios de cacao.

Con 10 kilos se pueden hacer hasta 37 de chocolate, dice Alberto Broca, supervisor de la planta desde hace casi 40 años. Su favorita es la barra de golosina 70/30, es decir, la que tiene 70 por ciento de cacao.

El encanto de un paseo por esta hacienda, parte de la Ruta del Cacao del estado, es que se aprecia todo el proceso: desde el nacimiento de la planta de cacao hasta el envasado del chocolate, pasando por el tostado, descascarillado, prensado, triturado y pulverizado del cacao.

Al terminar la visita, a sabiendas del cariño que las personas invierten en la elaboración...

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