Tijuana sí

AutorCarla Guerrero

Enviada

Tijuana sí. Eso es lo que el departamento de promoción turística de Baja California se empeña en decir a los viajeros para que visiten la ciudad. Una tarea difícil cuando, a diario, los medios de comunicación reportan casos de prostitución, tráfico de gente y violencia "made in Tijuana". Frente a esto, cualquier invitación para ir a "la frontera más visitada del mundo" saldría sobrando.

Pero nos intriga saber por qué el lema que profesan los artistas locales, "Tijuana makes me happy", se ha convertido en una especie de eslogan alternativo.

Apenas salimos del aeropuerto y nos topamos con la frontera. Una barda de cemento de pocos metros de altura haría suponer que sería fácil cruzarla. Pero más allá de la línea hay un par de bardas de alambre de 7 metros de alto que por el día son vigiladas por la Border Patrol, y por la noche están alumbradas con lámparas que podrían iluminar un campo de beisbol.

Todos los días cruzan 50 mil vehículos y 25 mil peatones por la Garita Internacional Tijuana San Ysidro, sin contar la migración indocumentada. Los tijuanenses cruzan por turismo y compras, mientras los estadounidenses aprovechan que las medicinas en México se adquieren a mitad de precio y sin receta médica.

Notamos en el muro fronterizo una manta de casi tres kilómetros con varias imágenes impresas. Es un proyecto llamado Tercera Nación, espacio que los artistas locales han utilizado para protestar y expresarse sobre los males de una ciudad que no se siente ni de aquí ni de allá.

Vamos por la avenida que nos conducirá hasta el corazón de Tijuana. Uno de los miembros de la Secretaría de Turismo hace un alto para mostrarnos Lomas Taurinas, "el lugar donde asesinaron a Colosio", dice con el orgullo de quien está mostrando algún edificio importante.

Tijuana no se parece a ninguna otra ciudad en México. Carece de edificios históricos y plaza principal. Está formada por una población híbrida y multicultural caracterizada por su pochismo al hablar ("parkear" el coche, comprarse el "makeup"), el consumismo y por una vaga noción de la mexicanidad y sus costumbres.

Su desarrollo ocurrió en los años 20, cuando Al Capone instaló casinos que atrajeron a ricos y famosos de Hollywood. Su nombre alude a una ranchería donde vivía una Tía Juana, famosa por sus dotes culinarias.

Para conocer la historia de la península acudimos al Museo de las Californias, dentro del Centro Cultural Tijuana (Cecut). Su arquitectura es obra de Pedro Ramírez Vázquez.

En el...

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