Tlaltecuhtli no debe moverse.- Matos

AutorErika P. Bucio

El arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma es tajante: la diosa Tlaltecuhtli debe quedarse en el Museo del Templo Mayor.

El monolito de 12 toneladas, hallado en el predio de las Ajaracas en 2006, fue trasladado al interior del recinto para Moctezuma II. Tiempo y destino de un gobernante, exposición inaugurada hace un año.

"Para qué regresarla otra vez a su lugar, además, siempre que la mueves implica cierto riesgo. Es mejor que se quede, creo que es espectacular cómo se ve", dice Matos sobre el proyecto del INAH para mostrarla en un edificio construido especialmente para ella.

En febrero de 2009, el director del Instituto, Alfonso de Maria y Campos, anunció que Tlaltecuhtli sería el primer monolito azteca que permanecería en el lugar donde se descubrió, resguardada por un recinto que se distinguiría por su sello contemporáneo (REFORMA 26/02/2009).

Los arqueólogos Leonardo López Luján, director del Proyecto Templo Mayor; Carlos Javier González, responsable del Museo del Templo Mayor y Raúl Barrera, titular del Programa de Arqueología Urbana (PAU), coinciden en que Tlaltecuhtli tiene ya un "emplazamiento digno que favorece su conservación y permite apreciarla desde diferentes ángulos y alturas, lo que realza su gran cantidad artística", plantean en una carta que se hizo pública la semana pasada.

Matos esgrime razones de conservación (dentro del museo está protegida contra rayos solares, cambios bruscos de temperatura y la lluvia ácida) y de apreciación visual para abogar por la permanencia de la escultura en el Museo del Templo Mayor.

"Aquí está perfectamente controlada por el equipo de restauradores", insiste.

La decisión sobre el destino de la pieza, añade, corresponde en última instancia al director del INAH.

Matos, junto con un grupo de arqueólogos, formuló desde 2009 observaciones al proyecto del museo dedicado a Tlaltecuhtli, obra del arquitecto Francisco Serrano.

"Son observaciones, principalmente, sobre las soluciones en el interior. Había, por ejemplo, una parte donde los rayos solares podían penetrar y afectar a la pintura, por tanto se hizo saber esto, también la mejor forma de poder observar a la escultura durante el recorrido", dice Matos.

Lo anterior no invalida, aclara, que se pueda hacer un acceso más digno a la zona arqueológica, pues el museo de Tlaltecuhtli es parte de un conjunto de adecuaciones que buscan mejorar los servicios en el sitio prehispánico.

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Matos recién publicó la Arqueología del México Antiguo (Jaca...

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