España toda tuya

AutorPatricia Miranda

Es tan deliciosa la Madre Patria que, ya sea a cachitos o en rebanadas, se antoja comérsela toda. Acompáñanos a un recorrido por seis de sus Ciudades Patrimonio de la Humanidad, esas que nos dejan con el gusto de saber que hay rincones fantásticos de esta tierra que se pueden reclamar como propios: Alcalá de Henares, Córdoba, Mérida, Cáceres, Salamanca y Santiago de Compostela.

¿El pretexto? Probar de todo un poco. ¿La intención? Plantar en tu médula la cosquillita de armar un itinerario propio. ¿Opciones? Infinitas: sólo después de Italia, España es el segundo país -con 18 urbes- que más inscripciones de Ciudades/Centros Históricos tiene en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO. Todas han sabido conservar sus monumentos al tiempo que ofrecen múltiples atractivos turísticos.

Difícil decidirse entre practicar en Ibiza turismo náutico; religioso, en Santiago de Compostela, o idiomático, en Salamanca. Aunque también podría motivar un viaje las ganas de conocer los primeros sitios españoles que conquistaron la prestigiosa lista, como la Mezquita-Catedral de Córdoba y la Alhambra de Granada.

Siempre hay buena excusa para ir por vez primera o revisitar España, y el andar por sus Ciudades Patrimonio es una de las más originales.

Ya lo dice la UNESCO en sus estatutos: los bienes Patrimonio de la Humanidad les pertenecen a todas las personas del mundo, sin considerar el territorio en el que se encuentran. Pero ya verás: difícilmente sentirás tan cercanas y tan tuyas otras ciudades europeas como las que ha regalado la Madre Patria a la humanidad.

No queda más que trazar una ruta, abordar un avión, subir y bajar de trenes, rentar un auto con GPS y caminar lo mismo sosegada que vertiginosamente.

La tierra de Cervantes, la del flamenco y su duende andaluz, la de los conquistadores extremeños que un día llegaron a América, la de los grandes escritores del Siglo de Oro español y la que año con año acoge a miles de peregrinos, nos esperan. ¿Suena apetitoso? Ya decidirás si se te antoja este manjar español.

Alcalá de Henares

Ruta cervantina

Y ahí está... con pluma en mano, en pleno ombligo de la plaza central de Alcalá. Su sobrio monumento y la alegre explanada que también lleva su apellido dejan en claro que Miguel de Cervantes será siempre hijo predilecto de esta ciudad.

Ningún viajero permanece apático ante su estatua. Los más sacan fotos, otros hasta instalan su caballete para retratarlo, y no falta quien se pone a leer algún pasaje quijotesco.

Por ver escenas como las anteriores bien valió la pena dejar el adictivo trajín madrileño y recorrer en auto 35 kilómetros en dirección Este.

Para comprender por qué esta ciudad, declarada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad en 1998, también es conocida como la Ciudad de las Artes y las Letras y es sólida candidata a convertirse en Ciudad Europea de la Cultura en 2016, basta caminarla y asomarse a sitios como el Centro de Interpretación "Los Universos de Cervantes", con su importante colección de obras cervantinas impresas en distintos países.

A tiro de piedra está la Torre de Santa María, desde donde se contemplan hermosas vistas: por allá está el quiosco de la plaza, diminuta se mira una novia que se acaba de casar, los tejados rojos reciben el sol a plomo y un sinfín de nidos de cigüeñas parecen en cuanta torre hay.

Muchos viajeros se conmueven al enterarse de que aquí se encuentra el Hospital de Antezana o de Nuestra Señora de la Misericordia, conocido también como El Hospitalillo y que es el más antiguo de Europa todavía en funcionamiento.

Alcalá vivió su esplendor en el siglo 15, cuando comenzó a atraer eruditos al fundar la Universitas Complutensis o Universidad de Alcalá de Henares. Hoy sigue siendo una importante ciudad universitaria.

Un especial cosquilleo se siente al ingresar al Colegio de San Ildefonso, donde cada año se entrega el Premio Miguel de Cervantes, máximo galardón de las letras hispánicas.

Que no extrañe si una egresada de Letras se da vuelo fotografiando las placas que honran a los que enriquecieron su carrera: Jorge Luis Borges (1979), Juan Carlos Onetti (1980), Octavio Paz (1981) y José Emilio Pacheco (2009)...

No puede faltar una visita a la casa natal del autor, una típica vivienda castellana del siglo 16 que resguarda ediciones únicas de El Quijote.

Destino clave en la ruta de El Camino de la Lengua Castellana. Ecos de época gloriosas aún se escuchan a través de actores que, disfrazados de Dulcinea, Sancho y el Quijote, deambulan contando historias en los soportales de la Calle Mayor.

Muchos pernoctan, y quienes van de entrada por salida vuelven tras su memorable andanza quijotescas.

Córdoba

Sensualmente andaluza

Una vez inyectado el espíritu quijotesco, entran unas terribles ganas por devorar todos los caminos. A falta de un fiel Rocinante, es posible abordar, desde la estación madrileña de Atocha, un tren AVE (Alta Velocidad Española) de la compañía RENFE para realizar la segunda parada de este peculiar itinerario.

Bastan dos horas de trayecto viendo hermosos paisajes a través de la ventanilla para llegar a la hechizada Córdoba: una de las joyas de Andalucía.

La también llamada Ciudad de las Tres Culturas destaca porque ahí convivieron, durante la época medieval, cristianos, judíos y musulmanes. Todos aportaron su legado para convertirla, desde 1994, en Ciudad Patrimonio de la Humanidad y hoy también es candidata a convertirse en Capital Europea de la Cultura 2016.

En Córdoba, la fe, la pasión y la sensualidad se vuelven inseparables compañeras.

El viajero puede asomarse a un glorioso pasado al visitar la Torre de la Calahorra, donde hoy se encuentra el Museo Roger Garaudy de las Tres...

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