TOLVANERA / Culebras

AutorRoberto Zamarripa

El viento es culebra, decía Matías, el personaje central del cuento Vientooo, del maestro Laco Zepeda (Andando el tiempo. Martín Casillas Editores. 1982).

"La culebra no tiene dueño, no tiene patrón. No hay en toda la tierra quien pueda regañarla. Es culebra.

Yo, ¿mirálo caso, lo tengo jefe, pues? ¡Porque soy culebra! Ese es mi nagual. El viento es también culebra", decía Matías, necio y recio, asesino suelto, dominador del mundo y la naturaleza, en medio del viento y la tormenta que azotaban los campos de Solosuchiapa, ese pueblo de zoques al norte de Chiapas donde llueve todo el año.

La semana pasada asomó el viento en muchas ciudades ajenas a esa costumbre de ver volar árboles, polvo y basura. El viento del estrago, del olvido. El viento que se llevó todo y desnudó.

Mientras unos ciudadanos ayudan a soldados a arriar la bandera monumental en el Zócalo capitalino para derrotar al viento, escena emblemática, funcionarios encuentran en el aire una catapulta, un remolino de oportunismo.

El secretario de Salud del Estado de México, César Gómez Monge, no se apiadó ni de los moribundos. Acudió con su camarita a tomarse un video en el lecho de la señora Minerva Serrano, quien resultara gravemente herida luego de que un anuncio espectacular cayera sobre el auto en que viajaba en Metepec.

"Soy César Gómez Monge, Secretario de Salud en el Estado de México, y estoy muy contento porque me encuentro... con doña Minerva, que fue la más afectada del accidente", dijo en su videito que subió a Facebook el funcionario.

"(Ella) ya entró en recuperación; que ayer la operamos, que salió muy bien, que va a caminar muy bien en cuatro semanas", relató como si hubiese sido el galeno que le salvó la vida.

Cesarín no es médico. Estudió Ciencia Política en el ITAM. A los 32 años de edad lo hicieron secretario de Salud del Estado de México y nomás no puede con las quejas de desabasto de medicamentos y malas condiciones del personal médico.

Cuentan que en 2015 lo hicieron responsable de la votación del PRI en Nezahualcóyotl. Para ganar votos prometió un hospital, puso la primera piedra y se fue. Al final, el PRI perdió las votaciones, no hubo hospital y la piedra desapareció. Dicen que se la robaron.

César, el timador, llevó flores al cuarto de hospital de la señora Minerva, quien ni...

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