TOLVANERA / Nunca más

AutorRoberto Zamarripa

Javier Lovera, sobreviviente de la matanza de Marjory Stoneman Douglas en Parkland, Florida, tuiteó la mañana del 15 de febrero: "somos demasiado jóvenes para perder amigos de esta manera".

Catorce de sus compañeros rematados por uno como ellos, Nick Cruz, un adolescente diestro en el manejo de una AR15 adaptada.

Los muchachos de Parkland, un suburbio acomodado, apacible, rompieron el cascarón y desde las redes sociales -su mundo, su hábitat, su referente- protagonizaron una auténtica sacudida a las conciencias norteamericanas. Sin asumir el estereotipo de los adultos donde la resignación era el signo de identidad tras las masacres, los muchachos urgieron al cambio. Primero fue la indignación y después la movilización inmediata.

A las 15:50 horas del miércoles 14 de febrero, menos de una hora de que dieran los reportes oficiales de que Cruz había asesinado a 17 personas, Trump tuiteó: "Mis oraciones y mis condolencias a las familias de las víctimas del terrible tiroteo en Florida. Ningún niño, maestro u otra persona debería sentirse inseguro en una escuela estadounidense". Para el jueves por la tarde, el tuit tenía 142 mil "me gusta" y 34 mil retuits.

Sara Chadwick, una sobreviviente de la matanza, le replicó: "No quiero tus condolencias de mierda; mis amigos y maestros fueron asesinados. Muchos de mis compañeros de clase están muertos. Haz algo en lugar de enviar oraciones. Las oraciones no arreglarán esto. Pero el control de armas evitará que vuelva a ocurrir".

En un día su mensaje tuvo 346 mil aprobaciones y 144 mil retuits. De 6 mil seguidores en su cuenta pasó a 200 mil.

En las redes los muchachos encontraron su trinchera y bajo el hashtag #NeverAgain detonaron una marcha de colegios a Tallahassee, la capital de Florida, y catapultaron un movimiento nacional que tendrá un momento cumbre en Washington el 24 de marzo con el lema "La Marcha de Nuestras Vidas" (March4OurLives).

"Su levantamiento aporta un nuevo modelo para todos nosotros que vivimos en dos mundos: el real, donde está la sangre y el digital, donde están las mentiras", escribió Virginia Heffernan en la revista Wired.

Están en las redes, viven ahí, ahí deliberan, rebaten. Han decidido, desde ahí, rebatir la falsedad y asumir, antes de poder votar, decisiones...

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