TOLVANERA / Pagar el precio

AutorRoberto Zamarripa

En febrero de 1951, dos años después del triunfo de la Revolución China, el líder Mao recibió una noticia del jefe militar de las operaciones chinas en la Guerra de Corea, Peng Dehuai.

El jerarca militar reportaba que el hijo mayor de Mao, de nombre Anying, voluntario en esa gesta, había muerto en un bombardeo de Estados Unidos sobre territorio norcoreano. Dehuai, quien lo cuidaba personalmente, pudo correr mientras que Anying quedó atrapado en una bodega que fue alcanzada por una bomba incendiaria. Mao no fue informado inmediatamente de la muerte. Sus colaboradores se lo ocultaron durante tres meses para no entorpecer las operaciones militares en la península coreana.

Cuando por fin le dijeron, Mao se dejó caer sobre un sillón y vino un silencio. Después el líder de la Revolución China le respondió al general Peng: "en la guerra revolucionaria siempre hay que pagar un precio.

Anying fue solo uno entre miles. No debes tomártelo como algo extraordinario solo porque era mi hijo".

Mao ya había perdido a tres hermanos en la Revolución China. Escribe Philip Short, biógrafo inglés:

"Cuando murió (Anying), a los 28 años, con él se deshizo el último lazo humano capaz de evocar en Mao una auténtica fidelidad personal" (Mao. Editorial Crítica. 2003).

En su discurso de toma de posesión ante el Congreso, el presidente Andrés Manuel López Obrador repitió lo que fue su letanía en las tres campañas presidenciales: "me comprometo a no robar y a no permitir que nadie se aproveche de su cargo o posición para sustraer bienes del erario o hacer negocios al amparo del poder público".

Y aclaró que eso aplicaba para amigos, compañeros de lucha y familiares.

"Dejo en claro que si mis seres queridos, mi esposa o mis hijos, cometen un delito, deberán ser juzgados como cualquier otro ciudadano. Solo respondo por mi hijo Jesús, por ser menor de edad".

Previamente había construido una ruta de salida para los corruptos del pasado; para aquellos que aplicaron políticas neoliberales y que engendraron corrupción. Punto final pidió.

¿Cómo entender que despida con flores a quienes le cultivaron el camino de espinas y amague con calabozo a quienes le rodean?

El punto final sugerido no supone reconciliación sino un mero olvido. No apunta al esclarecimiento sino a la vuelta de página. La razón...

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