TOLVANERA / La Peste

AutorRoberto Zamarripa

Albert Camus cumpliría cien años este jueves 7. Muerto tempranamente en un accidente automovilístico en 1960, el novelista, ensayista, periodista, Premio Nobel de Literatura, reflexionó sobre la condición humana, siempre en un alegato por la libertad y la felicidad.

En La Peste, novela escrita en 1947, Camus exalta las condiciones y sentimientos humanos de indiferencia y repulsión y también aquellos de bondad y encuentro. El drama de una comunidad argelina azotada por una epidemia que termina por enclaustrarla y somete a la desesperación y al aniquilamiento a miles. Condiciones extremas que atizan lo peor y lo mejor del ser humano atrapado en la desesperación.

En su centenario Camus es vigente. Máxime en los tiempos donde en México se exacerban sentimientos de desprecio y de victimizaciones.

De fenómeno de Facebook a demanda política. Decenas de miles firman el apoyo al llamado a crear la República de Baja California. Tienen bandera y moneda, nuevos colores de cobijo, una identidad basada en el enojo por el despojo y a la vez maltrato que suponen por la homologación del IVA al 16 por ciento en la frontera. Tras la irrupción digital de la República de Baja California, vinieron páginas de Facebook con la República de Nuevo León, o la del Estado Soberano de Sonora, o la independencia de Chihuahua. Quieren separarse del país enojados por un maltrato.

La victimización esconde un dramático engaño y transpira desprecio. Los estados del norte, simplificando el argumento, subsidian al sur. O dicho de otra forma, una tercera parte de entidades pujantes y productivas del país como las del norte mantienen al 70 por ciento de estados que aportan menos y reciben más de la Federación. ¿Por qué cobrarle más impuestos a los del norte y mantener las condiciones de parasitismo en los del sur?, se preguntan. El alegato subió a las tribunas de legisladores. Se autorizó como propaganda.

"Toda forma de desprecio, si interviene en política, prepara o instaura al fascismo", decía Camus.

El norte está herido. Ahora que trata de respirar tras un momento cruento siente una puñalada fiscal. La memoria es inservible. Dicen los promotores del separatismo ser el progreso desde una plataforma corroída. Decapitados, mutilados, fosas comunes, matanzas masivas han sido la expresión de una descomposición y una alteración sustancial de la vida comunitaria y social en las entidades del norte. Obvias afectaciones económicas que le rezagan. La agresión viene de lejos. Son víctimas...

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