Toma rielera Chapultepec

AutorLourdes Zambrano

Una rielera folclórica, histriónica y dicharachera, Astrid Hadad, fue la encargada de festejar el centenario del arribo de las tropas revolucionarias a la Ciudad de México con un concierto en el que fusionó a luchas históricas con las de hoy.

A las 13:05 horas, frente al Altar a la Patria del Bosque de Chapultepec, en un domingo soleado, inició con un popurrí de canciones de José Alfredo Jiménez.

Enseguida informó al público de qué se trataba la fiesta: de cuando, el 6 de diciembre de 1914, llegaron las tropas de Pancho Villa y Emiliano Zapata a la capital.

De ahí se desprendería la famosa fotografía de ambos revolucionarios sentados, lado a lado, en la silla presidencial, escena que se recreaba a unos pasos del escenario, en donde el público podía fotografiarse.

Los organizadores colocaron alrededor de 100 asientos frente al show y varios metates, aunque muchos, al toparse con el espectáculo de cabaret revolucionario de Hadad, prefirieron permanecer de pie.

Como acostumbra, mientras avanzaba el concierto reaparecía en el escenario con un vestuario más llamativo que el anterior. Para la segunda canción, dejó el traje negro y apareció ataviada de verde para interpretar La mesera.

"No necesita uno tener su casita blanca en las Lomas para vivir bien", dijo antes de empezar a cantar, con lo que arrancó aplausos del público.

Luego le siguieron otras como Maldito dinero y Cucurrucucú paloma, con la que invitó a cambiar la situación del País por medio de la paz, además de...

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