Toman rincones de Edimburgo
| Autor | Fernando de Ita |
En agosto, Edimburgo, capital de Escocia, se transforma en un impresionante foro para las artes escénicas. Su Festival Internacional de Teatro incluye un festival de cine, otro de jazz y uno más de libros, además del famoso Fringe, el mercado de teatro más grande del mundo, que este año contó con la presencia mexicana.
Esta vez se presentaron mil 200 grupos, que ofrecieron 20 mil funciones en 360 espacios, que iban de teatros formales a barracas, casas, comercios, edificios públicos, carpas, a los que acudieron un millón 335 mil espectadores que ingresaron a la taquilla 11 millones 640 mil libras (el equivalente a más de 230 millones de pesos). Y, en esta Babel del drama y la comedia, se presentaron por primera ocasión cuatro producciones mexicanas, publicitadas como The latest in mexican theatre and dance.
El British Council invitó con gastos pagados a cerca de 200 posibles compradores de 54 países a esta bolsa del arte, en la que se hacen cientos de contratos y transacciones comerciales. Asistieron directores artísticos de festivales de los cinco continentes, programadores de instituciones culturales públicas y privadas, curadores de proyectos artísticos, agentes de compañías alternativas, publicistas, productores oficiales e independientes, directores de instituciones y coordinadores de teatro, como Mónica Raya e Ignacio Escárcega, de la UNAM y el INBA, respectivamente.
Lo bueno y lo malo del Fringe
Lo bueno del Fringe es que ofrece una vitrina gigantesca a los egresados de las escuelas inglesas, canadienses, australianas, estadounidenses de artes escénicas, a los grupos y solistas que han alcanzado un nivel profesional, a los comediantes que han probado en las tablas su talento, a los artistas que intentan nuevas formas de expresión, a los iconoclastas, a los ilusos del arte. Las características del Fringe obligan a los grupos a cuidar no sólo la calidad artística de su trabajo, sino su presentación, difusión, impacto, organización interna y externa; en suma, a ser competitivos, artística y comercialmente hablando.
Lo bueno también es que hay funciones de teatro de las 10:00 a las 0:00 horas, en los lugares más insólitos, como el registro civil o una tienda de ropa, y que toda la ciudad de Edimburgo está involucrada en el festival de una u otra manera, mientras la iniciativa privada contribuye a su esplendor, porque es rentable para muchos de sus giros.
Ignacio Escárcega comentaba que deberían asistir los responsables de turismo, los...
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