La tortuosa reforma del crudo

AutorErnesto Núñez

Los primeros debates sobre la reforma energética se dieron en Los Pinos y tuvieron como protagonistas a los titulares de las secretarías de Energía y Hacienda, y al director de Petróleos Mexicanos.

Ocurrieron durante todo el 2007, casi siempre en la residencia oficial de Los Pinos y con el presidente Felipe Calderón como testigo.

Algunos de esos debates fueron presenciados por legisladores panistas y priistas, quienes recuerdan cómo todas las reuniones convocadas para discutir el tema terminaban en un auténtico "fuego cruzado" entre Georgina Kessel, Agustín Carstens y Jesús Reyes Heroles, y sus respectivos asesores.

"El tono de esos debates era: la Sener queriendo absorber más poder sobre Pemex, Hacienda sin querer perder el control de los recursos generados por la paraestatal y Pemex queriéndose defender de las dos Secretarías. Así estuvimos prácticamente todo un año", recuerda un legislador del blanquiazul.

Las diferencias al interior del gobierno

La necesidad de una reforma energética fue expresada por Calderón desde la etapa de transición. En un documento titulado Temas legislativos para la agenda nacional, el entonces Presidente electo hizo una primera propuesta de reforma tendiente a dotar a las empresas del sector energético de los "medios técnicos, jurídicos, administrativos y financieros que les posibiliten adquirir tecnología de punta y aprovechar al máximo los recursos naturales".

El 11 de octubre del 2006, Calderón recibió en la casa de transición al presidente de la Comisión de Energía del Senado, Francisco Labastida, quien le presentó un diagnóstico crítico sobre la situación de Pemex, el mismo que desde agosto había presentado al PRI durante la reunión plenaria previa al inicio de la legislatura.

Según Labastida, a partir de ese encuentro comenzó a construirse la reforma petrolera, pues Calderón, en su calidad de ex secretario de Energía, coincidió en que era urgente tomar las medidas que el gobierno de Vicente Fox había aplazado.

En enero del 2007, Calderón aprovechó una gira por Europa para plantear, por primera vez como Presidente, que impulsaría una reforma para modernizar el sector energético. Pero su gobierno dio prioridad al combate a la delincuencia y en los meses siguientes prácticamente congeló el tema.

El 1o. de julio de ese año, al encabezar un mitin en el Zócalo, Andrés Manuel López Obrador hizo una primera advertencia de que usaría su capital político y liderazgo social para defender a Pemex.

Un mes después (el 10 de agosto), en una reunión en Nuevo Vallarta, los senadores del PAN plantearon a Calderón la necesidad de construir una propuesta de reforma energética para lanzarla antes de que concluyera el año. Para ello, la bancada panista conformó un grupo en el que participaban Rubén Camarillo, secretario de la Comisión de Energía; Gustavo Madero, Fernando Elizondo, Juan Bueno Torio, César Leal y Santiago Creel, entonces coordinador de la bancada.

El tema se comenzó a trabajar en reuniones a las que acudían, además de Kessel, Carstens y Reyes Heroles, el entonces secretario de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña; el jefe de la Oficina de la Presidencia, Juan Camilo Mouriño; los coordinadores parlamentarios del blanquiazul, Santiago Creel y Héctor Larios, y el entonces consejero jurídico de la Presidencia, Daniel Cabeza de Vaca. También se celebraron reuniones con senadores del PRI.

Asistentes a esos encuentros recuerdan que lo que ahí quedaba claro era que al interior del gobierno no existía un diagnóstico común y mucho menos una propuesta de solución.

Según panistas, la Sener, Hacienda y Pemex contaban con cifras diferentes para evaluar la situación de la paraestatal, aunque coincidían en que se acercaba a una situación crítica por la caída en las reservas.

Según priistas, el gobierno parecía contar con soluciones preestablecidas, como la entrada de la iniciativa privada al sector, la adquisición de tecnología para explorar en aguas profundas y la eliminación de las ineficiencias en áreas de Pemex -especialmente refinación-. Pero estas soluciones eran "de manual", recuerdan los legisladores consultados; no se basaban en un estudio serio sobre la situación real de la industria petrolera.

En el último trimestre del 2007, la Sener presentó un primer diagnóstico crítico sobre Pemex, mismo que sirvió para construir un discurso que el gobierno posicionó con fuerza en la opinión pública, pagando una primera campaña en medios para concientizar a la ciudadanía sobre la necesidad de impulsar cambios en la paraestatal.

Desde el PAN, algunos legisladores y dirigentes sugirieron que en diciembre se debía presentar una iniciativa al Congreso, para aprovechar el ambiente tras la aprobación de las reformas fiscal y electoral, y el Presupuesto de Egresos.

Pero la Presidencia decidió esperar hasta el 2008. No tenía lista una propuesta y no confiaba en la que ya estaban preparando algunos legisladores de su partido encabezados por el senador Rubén Camarillo.

Ante este vacío, el 18 de diciembre López Obrador anunció la creación de un comité de defensa del petróleo, que a la larga se convertiría en el movimiento que a la fecha mantiene en vilo la reforma.

AMLO toma la iniciativa

Enero del 2008: López Obrador comenzó desde el día 6 su campaña en contra de la reforma. Denunció la presunta intención de Calderón de usar al PRI para presentar la iniciativa y el 14 de ese mes retó a un debate público al Presidente, al director de Pemex y a los senadores del PRI, Francisco Labastida y Manlio Fabio Beltrones.

El 16 de enero, Juan Camilo Mouriño fue nombrado secretario de Gobernación. Oficialmente se dijo que se pretendía aprovechar su experiencia como ex subsecretario en Sener y ex integrante de la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados, para darle un impulso a la reforma del sector.

Con Mouriño a la cabeza de la estrategia, se reanudaron las reuniones del gabinete y del Sistema PAN -donde confluyen funcionarios, legisladores y dirigentes de este partido- para abordar el tema.

En una de ellas, según recuerdan senadores y diputados panistas, volvieron a ponerse de manifiesto diferencias ente Hacienda, Pemex y Sener en torno al sector, lo que enfadó al Presidente.

"En una reunión en Los Pinos, ya molesto, el Presidente dio un ultimátum a Pemex para dar las cifras reales de la paraestatal y a Sener para elaborar el diagnóstico que no habían podido terminar en todo el año", recuerda un legislador del blanquiazul.

El 28 de enero, en la reunión con diputados federales panistas previa al arranque del periodo ordinario de sesiones, el Presidente confirmó que ya había pedido el diagnóstico y dijo que no habría iniciativa hasta que éste fuera concluido.

Paralelamente, los senadores del PAN expusieron al nuevo secretario de Gobernación su queja por la falta...

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