De tradiciones invernales

AutorJuan Carlos García

ENVIADO

TORONTO.- Lo que en México se conoce como maratón Guadalupe-Reyes en Toronto es el Santa Parade-New Year's Eve Journey. Las fiestas de temporada arrancan con el Desfile de Santa Clos, el penúltimo sábado de noviembre, y se clausuran el 2 de enero, cuando quitan la decoración. En esta capital, la nieve marca la agenda: shopping, intercambios, villancicos y un chocolate caliente.

VISITAR LA CASA LOMA

Repleta de nieve, esta mansión de 1914, inspirada en el Castillo de Balmoral, Escocia, bien podría ser una de las modernísimas residencias de Santa Clos o de alguno de sus embajadores.

La excéntrica casa, ahora convertida en museo, alberga la exposición 100 Años de Navidad, en la que diseñadores locales decoraron árboles que representan cada una de las décadas de historia de la mansión, uno de los grandes atractivos turísticos de Toronto. Entre los pinos, hay uno con cubos rubik y otro con plumas blancas. Lo mejor es ver a todos los escolares opinando sobre cuál les gusta y cuál aborrecen o hablando de la diversión previa al 25 de diciembre.

Aquí suelen armarse colosales 'brunches' de fin de semana, en los que también se reúnen varios juguetes para entregar a niños de escasos recursos, costumbre impulsada por escuelas y padres de familia desde décadas atrás.

RECORRER EL MERCADO

Obligado es ir al Distillery District, donde cantantes aficionados interpretan villancicos en el teatro montado al centro del complejo comercial al aire libre, mientras los consumidores curiosean entre los puestos. Hay productos holandeses, rusos, armenios, japoneses, chinos.

El robusto pino de ornamentación sencilla completa su arreglo con lo que muchos quisieran y no pueden: tener nieve real. Todo este centro de gastronomía, comercios y galerías fue renovado y se ha convertido en el rey de las atracciones en el verano y para estas fechas.

Es también lugar favorito para extranjeros que buscan un souvenir o alimento típico para su "Potluck", tradición que invita a los fuereños a cocinar un platillo tradicional de su respectivo país y compartirlo en alguna de las comidas con sus compañeros en los siete días previos al Nacimiento de Jesucristo o la llegada de Santa Clos. Suelen preparar porciones suficientes para el 'lunch'. Un mexicano lleva tamales, ponche o bacalao. Un italiano, panetone. ¿Y los canadienses? Sándwich navideño, de pan de centeno con pavo, queso al gratín y cerezas.

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