Trafican con suelo orgánico

AutorIván Sosa

Amas de casas y jardineros lo compran en los Viveros de Coyoacán o el Mercado de Flores y Plantas de Xochimilco.

Comuneros de Tlalpan lo toman de las montañas del Ajusco como quien corta las hojas de cualquier árbol, las vende y obtiene ingresos adicionales.

Sin percatarse, consumidores y comuneros agotan con el suelo orgánico, la tierra negra, tierra de monte o el humus, un recurso de la Ciudad de México que la naturaleza formó durante cientos de años.

"Tenemos un problema con la extracción de suelo orgánico, porque el Gobierno federal otorgó permisos, pero sin crear mecanismos de vigilancia para que sólo se sacaran los volúmenes autorizados", expuso el director general de la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural, Luis Meneses.

A principios de año, producto de las diferencias políticas con las autoridades del Gobierno capitalino, la delegación de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales en el Distrito Federal otorgó a varias comunidades asentadas en suelo de conservación, sobre todo en Tlalpan, permisos para aprovechar la denominada tierra de monte.

Apreciado porque la riqueza de su fertilidad está libre de agroquímicos, el suelo orgánico es un recurso que al ser sobreexplotado induce la erosión de la vegetación y la pérdida de porosidad del subsuelo, que implica disminuir la capacidad de infiltración de la lluvia para reabastecer el acuífero, explicó Rodolfo Campos, investigador de la Universidad Autónoma de Chapingo.

"Desconozco las razones técnicas por las que la delegación de la Semarnat en el DF otorgó las autorizaciones; en reiteradas ocasiones nos pronunciamos para que no fueran otorgadas, pero las dieron", subrayó la directora ambiental en la delegación Tlalpan, Mireya Imaz.

Los Aprovechamientos en el Ajusco

En Santo Tomás y San Miguel Ajusco, San Miguel Topilejo y Magdalena Petlacalco, comunidades de Tlalpan, propietarios sociales de la mayor parte del parque nacional del Ajusco, recibieron permisos de hasta cinco años para "aprovechar" 250 mil metros cúbicos de suelo orgánico.

"Tienen permisos vigentes al 2006 o el 2007, pero en algunos casos en menos de un año llevan más del 80 por ciento del volumen autorizado", señaló el director general de la Corenader.

Carente la Semarnat de mecanismos de control o personal de supervisión, los comuneros del Ajusco se apresuraron a ejercer las autorizaciones, y en áreas cercanas a San Miguel y Santo Tomás comenzaron a sacar el humus depositado debajo de las piedras...

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