ArquiteXtos/ Transparencia y arquitectura

AutorMiquel Adrià

Transparencia y arquitectura son, en principio, dos conceptos antagónicos. La arquitectura a lo largo de toda su historia se ha identificado con la solidez, la corporeidad de sus volúmenes y la funcionalidad de cada uno de sus elementos luchando contra la gravedad: columnas, trabes, losas y muros son sus distintas respuestas y a su vez son sus límites. Las excepciones serán las ventanas y las puertas como huecos en los planos verticales y los patios como vacíos en los planos horizontales.

En los últimos años del pasado siglo surgió una nueva sensibilidad arquitectónica, que refleja la distancia de la cultura contemporánea con el formalismo (historicista o no) de las tres décadas anteriores. Si originalmente los estilos arquitectónicos se identificaban con la roca primera de la cueva o con la cabaña arquetípica, hasta que el Movimiento Moderno se inspiró en la ingeniería aeronáutica, las nuevas arquitecturas se reconocen más con el camaleón que se posa sobre la piedra o con la aeronave "invisible" capaz de aterrizar sobre un portaaviones.

Son propuestas que aprovechan las recientes innovaciones técnicas y que investigan la naturaleza y potencial de las superficies arquitectónicas. A su vez, son propuestas abstractas que no hacen referencia a nada fuera de la propia arquitectura, y que dedican gran atención a la reducción formal.

Transparencia y ligereza, monolitismo, supermodernismo o minimalismo son distintas etiquetas que redundan hacia lo neutral, lo implícito y lo indefinido.

Los antecedentes directos de estas arquitecturas recientes hay que buscarlos en las singulares e iluminadas propuestas de Bruno Taut, las cajas de vidrio de Ludwig Mies van der Rohe y en los edificios industriales de Walter Gropius. La confianza en el futuro, en la tecnología y en los nuevos materiales convirtió al vidrio en la panacea de la arquitectura, donde la transparencia permitía la apropiación del paisaje desde el interior y la comprensión de los espacios interiores desde el exterior, en una suerte de arquitectura sincera, funcional y democrática. Casi un siglo después la tecnología hizo posible los deseos de los pioneros de la modernidad.

Las recientes propuestas minimalistas todavía influenciadas por el repertorio formal -más que constructivo- de los primeros racionalistas, toman de la escultura la alteración de significados de los objetos, incidiendo especialmente en la superficie de estos, al usar materiales reflexivos y explotar el juego de la luz. La...

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