El trayecto como destino

AutorCirze Tinajero

Enviada

VANCOUVER, Canadá.- Tan sólo hay que llegar a la estación de Rocky Mountaineer Vancouver Station, a unos 15 minutos del centro de Vancouver, para saber que este viaje dejará huella.

En el lobby de la estación, un pianista regala las notas de "La Traviata", hay mimosas, café y té. Los viajeros platican sobre las experiencias que han obtenido en otros trenes.

Poco importa si se acaban de conocer o si proceden de diferentes partes del mundo.

Algunos aseguran que esta travesía ha estado en su lista de deseos desde que lo vieron en alguna agencia de viajes.

El reloj marca las 7:30 horas, ya todos se encuentran en sus respectivos vagones. El convoy se empieza a mover.

A partir de ese instante, las vías se convierten en la columna vertebral de un recorrido protagonizado por los más bellos paisajes de las provincias canadienses de la Columbia Británica y de Alberta.

En esta ocasión, el itinerario a bordo del tren durará dos días, irá de Vancouver a Kamloops, en esta ciudad se pernoctará, una noche, para después partir a Lake Louise. En este último punto, los pasajeros pasan otra noche para luego tomar un autobús hacia Jasper.

Esta ruta es una de las más buscadas, de acuerdo con el personal del tren, debido a que permite conocer distintos puntos del Oeste canadiense.

Sí, aquí se viaja por más de 10 horas, pero eso no es un problema, al contrario, resulta una travesía que regala una infinita variedad de postales que van desde los picos nevados de las Rocosas hasta los arbolados bosques que rodean algún lago.

Con un poco de suerte y un muy buen ojo, es posible localizar a un alce, a una cabra o incluso a un oso capturando un salmón.

El tren ofrece dos clases de servicios: SilverLeaf Service y GoldLeaf Service. Este último destaca porque sus vagones cuentan con dos niveles. En el primer nivel hay un comedor en donde se sirven delicias -para el desayuno, la recomendación es pedir los huevos benedictinos y para la comida; los ravioles con vegetales-. En el segundo nivel hay cómodos asientos y un domo panorámico para ver el horizonte.

Aproximadamente cada dos horas, alguno de los guías se acerca al lugar del pasajero para ofrecerle algún refrigerio: nueces, arándanos, quesos, cerveza, vino y uno que otro digestivo.

Además, los vagones del GoldLeaf Service cuentan con un balcón desde donde se puede respirar el agradable ambiente y tomar fotos.

Cada vez que hay alguna oportunidad de hacer una buena toma, el tren disminuye la velocidad para lograr el...

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