Trazan investigadores rutas hacia patrimonio

AutorJulieta Riveroll

La autoridad virreinal en la Nueva España confiscó más de 500 documentos pictográficos pertenecientes al historiador italiano Lorenzo Boturini, quien formó la colección más grande de códices, provocando con ello su dispersión.

Un francés audaz, Joseph Aubin, adquirió buena parte de esos documentos y, a pesar de que había leyes que lo prohibían, se los llevó a Europa (1840). Hoy forman parte del acervo de la Biblioteca Nacional de Francia, relata el arqueólogo Felipe Solís.

"Como todas las ex colonias sufrimos una depredación salvaje. No hay un solo museo de Estados Unidos y Europa que no esté sustentado en el despojo; pero como miembro de la Convención de la UNESCO, México reconoce la propiedad cultural de cada nación", admite Solís.

La migración de los bienes culturales en los siglos anteriores, agrega, a veces contó con la complicidad de las autoridades nacionales que buscaban difundir el pasado y fomentar estudios sobre las culturas precolombinas.

No hay marco legal internacional que permita la devolución de piezas arqueológicas y documentos que llegaron al extranjero de manera ilegal antes de 1973. En esta fecha entró en vigor la primera herramienta jurídica para efectuar ese tipo de reclamaciones en México, explica Joaquín García Bárcenas, titular del Consejo Nacional de Arqueología del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

La "Convención sobre las Medidas que Deben Adoptarse para Prohibir e Impedir la Importación, la Exportación y la Transferencia de Propiedad Ilícitas de Bienes Culturales" fue establecida en 1970 en la UNESCO, por lo que no tiene carácter retroactivo.

"Bajo el espíritu de la UNESCO, la idea es compartir el patrimonio de las naciones del mundo y protegerlo; aunque no deja de ser un argumento inventado por las grandes potencias, para conservar los tesoros adquiridos y calmar las ansias de las naciones que pedían regresarlos a su lugar de origen", opina Solís.

Aunque existiera una legislación para la devolución de piezas salidas en los siglos anteriores sería complejo comprobar que salieron de manera ilegal del país y, de ponerse en práctica, museos como el Británico quedarían completamente vacíos, añade la arqueóloga Martha Carmona.

Gran parte de los investigadores entrevistados reconocen que los países europeos y Estados Unidos consideran a esos objetos como parte de su propia historia; a pesar de que, en algunos casos, su salida fuera resultado de la dominación colonial.

La carencia de un registro en...

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