Trazan en Tlaxcala nueva ruta de la fe

AutorAna Laura Vásquez

Corresponsal

TEPEYAHUALCO, Tlax.- A pesar de la pobreza en la que viven sus fieles, la Iglesia católica de esta entidad proyecta una ruta de la fe con 15 templos de formas y tamaños extravagantes.

De estas 15 iglesias, tres están terminadas y han sido consagradas, el resto continúa en construcción, aunque sólo faltan detalles de pintura y acabados en las paredes y techos.

Un barco, una pirámide y 13 edificios con torres y detalles que simulan un castillo, sobresalen entre los pueblos marginados de la zona norponiente del territorio tlaxcalteca, Buenavista, Tepeyahualco, Las Vigas, Maguey Cenizo, Buenaventura, Graciano Sánchez, Unión, Tierra y Libertad, El Rosario, La Soledad, Lagunilla, El Sabinal, Soltepec, Mazaquiahuac, La Providencia y Quintanilla.

"Esto ya se está formando, le llamamos el triangulo de la cultura y la ruta de la fe", asentó en entrevista con REFORMA el párroco Arnulfo Mejía Rojas, creador de estas obras.

El objetivo, según el párroco, además de edificar iglesias modernas y exóticas, es convertir el turismo religioso en el principal sustento de estos pueblos que viven en la pobreza sostenidos por las dádivas del Gobierno y donde muchos de sus habitantes han emigrado hacia Estados Unidos.

La ruta religiosa inicia en La Barca de la Fe, ubicada en Buenavista, y termina en los ranchos cinegéticos, propiedad de Ezequiel Lazcano, donde se produce para la caza, venado y jabalí.

Hace más de 30 años que Mejía Rojas inició con el proyecto de construir un barco que simulara el Arca de Noé, y después ideó una pirámide para representar las culturas prehispánicas como una raíz de la religión.

Actualmente, la inversión de esos edificios es incuantificable, y todo, según él, aportado por los vecinos de cada comunidad y algunos benefactores.

"Lo bueno cuesta, lo bueno no es breve, rápido y menos barato, y ésa es la ideología que se ha enseñado a la gente, ya no tener una actitud conformista", apuntó.

Aunque el esfuerzo de la población está reflejado en las iglesias que ellos construyeron con sus donativos, el presbítero de 54 años de edad, reconoció que no sucede lo mismo con el bienestar y desarrollo de las familias, porque continúan en la pobreza.

"Las obras se hacen rápido, pero las personas no cambian de mentalidad rápido", arguyó.

Indicó que una vez que esté consolidada la ruta de la fe, los habitantes creerán en lo que ellos mismos impulsaron y entenderán que "hay pobres que lo único que tienen es dinero y ricos que tienen...

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