TREN MOTRIZ / Conflicto camionero

AutorJorge Ceceña

Hace casi dos años, en marzo de 2009, el gobierno de Obama tomó una decisión desafortunada al cancelar el programa piloto que permitía el acceso limitado de camiones mexicanos a Estados Unidos. Le decisión se debió a los favores que recibió el Presidente durante su campaña de parte de los Teamsters, o sindicato de camioneros de la Unión Americana.

Sin embargo, el gobierno mexicano interpuso aranceles a la importación de productos americanos en represalia, cuyo valor comercial se estima en más de 2 mil millones de dólares. Esta medida parece que logrará lo que no consiguieron años de gestiones gubernamentales, pues el acceso a camiones mexicanos debió permitirse parcialmente desde 1995, y en su totalidad desde 2000, como parte de los acuerdos del TLCAN. En 2001 un panel arbitral resolvió a favor de México, pero 10 años después no se ha dado cumplimiento al dictamen.

Ya no fueron los políticos y diplomáticos mexicanos insistiendo ante Washington por el incumplimiento del acuerdo, sino los productores americanos afectados por los aranceles de productos sensibles a la demanda mexicana. El gobierno esperó que concluyeran las elecciones intermedias de noviembre, para poder retomar el tema.

La propuesta anunciada por el Departamento de Transporte de Estados Unidos, para resolver la disputa comercial, hasta el momento es simplemente una iniciativa, la cual deberá aterrizarse para lograr los consensos con México y con los intereses políticos estadounidenses.

El bloqueo es insostenible, no únicamente por las represalias comerciales, sino porque durante el programa piloto los camioneros mexicanos obtuvieron evaluaciones superiores al promedio de los camioneros estadounidenses, tanto en su respeto a las reglas de tránsito, accidentes, y...

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