Tolvanera/ Tres veces te gané...

AutorRoberto Zamarripa

La Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación (ASSA) ha obtenido dos victorias con la huelga del pasado fin de semana. Una de ellas coyuntural y la otra histórica. La primera se refiere a la culminación de una negociación donde obtiene un incremento salarial importante, bonos relacionados con la productividad, la pernocta del personal en Lima durante los vuelos a Perú y la discusión en una instancia tripartita del futuro de los vuelos DH.

La segunda conquista, y acaso la más importante en el marco de una huelga estallada a solas, ha sido derrotar la intención de la requisa que antaño había significado un golpe antilaboral del gobierno para sofocar los derechos de sindicalizados.

En un ambiente donde las movilizaciones obreras son escasas y las acciones sindicales oscilan entre el radicalismo (los maestros de la CNTE) y el aferramiento de cúpulas a las canonjías del sindicalismo corporativo, y que enfrentan a un gobierno que paga caro sus novatadas, la exitosa huelga de sobrecargos adquiere una mayor relevancia.

La no aplicación de la requisa compromete seriamente al gobierno del presidente Vicente Fox con la legalidad laboral cuyo origen histórico en México está claramente delimitado en el reconocimiento de los derechos de trabajadores. La requisa había sido una determinación presidencial. Funcionaba a partir de la autorización del jefe del Ejecutivo y era un instrumento político que sometía a los sindicatos.

Fox ha sido congruente con una actitud de campaña no obstante algunos incidentes que pudieron haber pesado en su ánimo, como el hecho de que la lideresa Alejandra Barrales no haya aceptado sumarse a la Alianza por el Cambio y en cambio decidió postularse como candidata a diputada por el PRD el pasado año.

La congruencia de Fox, en este rubro, coloca a su subordinado, el secretario del Trabajo, Carlos Abascal, en una situación complicada. Abascal, como dirigente de las confederaciones empresariales, no vio de mal modo las aplicaciones de requisa, particularmente en la huelga de las sobrecargos del año pasado. Por su trayectoria, Abascal no es de aquellos que cambie de opinión de un día a otro. Incluso, durante las negociaciones hubo situaciones ríspidas donde el secretario encaró molesto a Alejandra Barrales cuando ella abandonaba la mesa de negociaciones la noche del viernes. "Anden, acaben con el país", dijo molesto a Barrales, según cuenta el reportero, Jorge Reyes (Reforma, 03/06/2001).

Se trataba del primer conflicto laboral...

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