Tributo a Ozu, clásico japonés

AutorErnesto Diezmartínez Guzmán

Cosas de los tiempos que vivimos: la cinta que se exhibe hoy en la Cineteca Nacional ya está disponible en DVD de Región 1 desde hace casi un año. Me refiero a Café Lumière (Japón-Taiwán, 2003), décimo-sexto largometraje (primero japonés) del gran cineasta chino-taiwanés Hou Hsiao-hsien (o Hsiao-hsien Hou, su nombre al estilo occidental). Pero no hay por qué quejarse. Con todo y los tres años de retraso, qué bien que la Cineteca haya programado la penúltima cinta de Hou (la última, Three Times/2005, ya salió también en DVD), que es, acaso, la mejor película del 26 Foro Internacional.

Nacida a partir de un encargo de la casa productora nipona Shochiku para celebrar el centenario del maestro japonés Yasujiro Ozu (1903-1963), Café Lumière inicia como un simpático pastiche temático/visual del cine de Ozu. La primera imagen es un contrapicado de un paisaje de Tokio. Vemos los típicos claves telefónicos que segmentan el límpido cielo japonés, los trenes que cruzan el encuadre y su sonido rítmico, mecánico, reconocible. Lentamente, con las largas tomas fijas tan caras a Ozu (pero también al propio Hou), con los personajes que hablan a espaldas de la cámara o hasta fuera de cuadro, nos vamos enterando de una sencilla trama que podría conectarse con alguna de las últimas del maestro japonés. Sin embargo, Café Lumière no es una mera copia de Ozu. Es un homenaje/apropiación/relectura/inversión de Ozu.

Yôko (la cantante japonesa/taiwanesa Yo Hitoto), una joven escritora de apenas 23 años, vive sola en Tokio y tiene una amistad platónica con el dueño de una...

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