Under Construction/ La 'regulación' como modelo comercial

AutorEsther Dyson

Lo mejor del The New York Times

La computación de "socio a socio ", o SAS, según se le conoce entre sus usuarios, ha comenzado a cobrar importancia en los Estados Unidos. En su forma más pura, significa compartir contenidos o realizar otras tareas entre personas, sin un control central o una organización, sin intermediarios.

En esencia, es el "modelo comercial "de lo que eran en una época las comunidades de la Internet.

Pero el reto de la computación SAS es que, al menos en teoría, no hay propietarios. Por lo tanto, ¿quién puede obtener dinero excepto sus miembros? En realidad, al igual que en toda transacción entre empresas, o entre comerciantes y usuarios, hay con frecuencia un servicio central que ayuda a la gente a comunicarse y a descubrir las aplicaciones o música que desean compartir.

Hay muchas preguntas en torno al papel de Napster y servicios similares. ¿Se convertirá Napster en un mecanismo de pago o podrá mantenerse a través de la publicidad?, ¿perderá sus prestaciones de socio a socio, al no existir un servicio central capaz de canalizar las remuneraciones y la publicidad?, ¿puede alguien hacer dinero vendiendo programas para usuarios de SAS, o esos usuarios tendrán que compartirlos perpetuamente con otras personas? Pero hay otra interrogante acerca de Napster y de otros servicios SAS genuinamente descentralizados, además del tema del derecho de autor: ¿seguirá funcionando el sistema si algunos usuarios persisten en ofrecer versiones corruptas de música? Esas comunidades tal vez no necesiten un control central o una organización, pero, además de usar programas y herramientas de comunicación, tendrán que definir sus reglamentaciones y hacerlas cumplir. Y tal vez esos pequeños autogobiernos ofrezcan la regulación y la confianza que una tercera parte neutral puede proporcionar con el propósito de obtener beneficios.

Las comunidades de socio a socio necesitan encontrar una manera de definir e identificar a sus miembros. Requieren fijar sus propias reglas y excluir a personas que las violan. Exigen una forma de solventar sus servicios.

Tal vez algunos piensen que se trata de una ironía. Pero lo cierto es que está ocurriendo.

En Estados Unidos, por ejemplo, eBay se inició como un servicio centralizado. eBay obtiene dinero cobrando honorarios por transacciones. En teoría, sus usuarios pueden encontrarse mutuamente sin necesidad de eBay. Pero eBay ofrece otros beneficios.

Verifica la identidad de los usuarios, realiza controles de...

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