Se unen tepiteños en grupo teatral
Autor | Yanireth Israde |
Comerciantes de Tepito y de la Lagunilla, personas que habitaron en las calles o que abandonaron a sus familias, además de escolares del barrio, formaron un grupo de teatro que después de dos años de trabajo alista la presentación de su primer montaje.
La directora de escena Aracelia Guerrero promotora del proyecto Tepito teatro para todos junto con el actor Daniel Giménez Cacho, anticipa que la propuesta teatral, que escribe Hugo Wirth, remitirá a una agencia del Ministerio Público.
Es un lugar bien conocido por los miembros del grupo, como Viridiana, de 15 años, que abandonó su casa hace tres porque la maltrataban o José Manuel, de 10 años, quien no tiene hogar porque se extravió. Nunca fue a una escuela. La policía lo encontró en la calle, lo trasladó a la agencia 59 y de allí lo enviaron a la Fundación Renacimiento, donde vive. El próximo ciclo escolar espera ir a las aulas.
"En un Ministerio Público ocurren las cosas más dolorosas y las más humanas. Todas las edades pueden encontrarse allí", señala la directora, miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte, resuelta a mostrar situaciones que no son de minorías.
"Pero no queremos hablar de las historias particulares", previene, "no nos interesa personalizar ni poner etiquetas, sino asomarnos a la parte humana".
Tepito teatro para todos, con 15 miembros de entre diez y 60 años, trasciende la mera presentación de un montaje y la formación de actores. El proyecto resulta de un "modelo de intervención social" aplicado en el barrio a partir de los postulados del teatro del oprimido, del brasileño Augusto Boal -Premio Nobel de la Paz 2008- para transformar el entorno con herramientas escénicas, explica la escenógrafa Ana Patricia Yáñez.
"No se trata de que vengamos y modifiquemos su entorno, sino de que ellos mismos encuentren cómo cambiarlo".
Por lo pronto, señala Guerrero, el lenguaje de los "zapes" entre los niños, las groserías o el recelo de algunos se redujo. Viridiana además dejó de drogarse.
"Y no hay mayor ciencia que tratar a la gente con el respeto que se merece, de tú a tú, escucharla. Eso sí, la constancia es fundamental, no te ganas la confianza si no eres constante, porque vivimos en un mundo de traición: la gente dice mañana te llamo y nadie llama, mañana vengo y no es cierto", refiere.
Además de aprender improvisación, deshacerse del pánico escénico y trabajar en equipo, los integrantes acudieron a funciones de teatro para familiarizarse con él. Ahora, cuando se acerca...
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