El universo gaudiniano
| Autor | Nicolás Triedo |
Antoni Gaudí (1852-1926) es sin duda el artista catalán más influyente del siglo pasado, su arquitectura orgánica tan criticada por sus contemporáneos define hoy en gran medida la personalidad urbana de Barcelona y lo encumbra como uno de los genios de su tiempo.
Antoni Gaudí i Cornet nace en Reus, Cataluña, el 25 de junio de 1852 y muere en Barcelona el 10 de junio de 1926.
En la esquina de la Gran Vía de les Corts Catalanes con la calle de Bailén, en Barcelona, lo embiste un tranvía hiriéndolo de gravedad, nadie lo reconoce de tan andrajoso que iba, al principio ningún taxista quiere conducirlo hasta el hospital de la Santa Creu donde expira tres días mas tarde. Su cuerpo es enterrado el 12 del mismo mes en la capilla del Carme de la cripta de la Sagrada Familia, donde aún hoy reposan sus restos.
En ese funesto mes de junio, que también lo vio nacer, desapareció el arquitecto, el diseñador, el urbanista, el pensador y místico, el observador de la naturaleza e investigador. Nos legó su complejo mundo mental y estético: el universo gaudiniano.
Gaudí creo una zona de silencio en torno a su persona, mientras en la medida que mantenía ese hermetismo daba expresión y simbolización a sus estados anímicos y a su tremendo poder mental. El punto central del misterio de la personalidad austera del arquitecto reside precisamente en su capacidad innata para descubrir, revelar y recrear un "universo entero".
Gaudí afirmaba que la originalidad consiste en retomar el origen, de forma que es original aquel que con sus medios vuelve a la simplicidad de las primeras soluciones.
La luz es esencial en sus obras, la utilizaba como si fuera un material más de construcción, porque para él, la luz, en especial la del Mediterráneo, era un reflejo divino que revelaba la belleza del mundo.
También consideró que todo aquello que necesitaba para crear sus obras se encontraba en "El gran libro de la naturaleza". Los reinos mineral, animal y vegetal fueron el modelo de sus elementos decorativos externos: gárgolas, pinturas, rejas... y de los internos y las estructuras de la construcción: las columnas son árboles de piedra, las torres gigantescas, caracolas, y las fachadas, olas y rocas.
Dedicó a sus edificios el empeño de los antiguos artesanos y dio a los detalles de la construcción la misma importancia que al conjunto. Diseñaba y producía en sus talleres rejas, sillas, mesas, bancos, reclinatorios, armarios, puertas, mirillas, ventanas o vidrieras. Sus obras se...
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