Una utopía llamada amaranto

AutorCarole Simonnet

Fotos: Óscar Mireles

HUIXCAZDHÁ.- Esta pequeña localidad de Hidalgo, con aproximadamente 450 habitantes, es un oasis en medio de la crisis del campo mexicano.

A su entrada, una placa de las autoridades estatales de salud anuncia al visitante que ahí se logró la desnutrición infantil "cero" en 2007. Veinte años atrás, la tasa era del 67 por ciento.

No ha habido mortalidad infantil desde 1993, y los niños tienen una estatura mayor a la media nacional.

Ubicado en el municipio de Huichapan, a 90 minutos de la caseta de Tepotzotlán de la autopista México-Querétaro, el ejido destaca en medio de un paisaje árido de matorrales y nopales.

A un costado de la plaza principal, se erigen una escuela primaria, un auditorio, una cancha de basquetbol, una iglesia y un centro comunitario.

Pablo Uribe Cruz, un campesino de 70 años que cruza el pequeño zócalo con el apoyo de un bastón, asegura que los principales responsables del bienestar social en su comunidad son el doctor Benito Manrique de Lara y su fábrica de amaranto, San Miguel de Proyectos Agropecuarios.

"Antes que llegara no teníamos electricidad, agua, ni calles empedradas. Nos ha apoyado mucho, tenemos ahora un centro de salud, un kínder, una telesecundaria y el pueblo es muy tranquilo", dice el anciano que ha dedicado su vida a cultivar maíz y frijol en una pequeña parcela.

La planta San Miguel, ubicada a cinco minutos de la plaza, opera desde 1992 y procesa anualmente entre 300 y 500 toneladas de amaranto. Hoy es la tercera industria líder en México en volumen de producción detrás de Xomor y la Comercializadora Aranto.

Pero su misión primordial es combatir la desnutrición infantil. De marzo de 1997 a marzo de 1999, Manrique logró reducir de 65 a 25 por ciento la desnutrición en los niños del pueblo gracias a la entrega de suplementos alimenticios con proteína de amaranto que elaboran en máquinas industriales diseñadas con base en una tecnología desarrollada por el doctor Alfredo Sánchez Marroquín, premio nacional de Ciencias 1995.

Esta hazaña se produjo tras la puesta en marcha de una estrategia de vigilancia nutricional casa por casa de la dieta a base de concentrados de amaranto de los infantes, coordinada por promotoras comunitarias entrenadas por el Instituto Nacional de Nutrición.

DOCTOR AMARANTO

Benito Manrique no tiene ninguno de los rasgos de un empresario tradicional.

Maneja un coche compacto modelo Tiida de Nissan y viste el mismo uniforme que sus trabajadores: una bata azul, tenis blancos y un chaleco negro abierto a pesar del viento gélido. El frío, para este hombre de 53 años, que practica la meditación zen y es vegetariano desde hace más de 20 años, es "estimulante".

En su tarjeta de presentación dice "coordinador de homeostasis". Explica que su tarea es mantener una armonía entre producción, calidad y desarrollo de la empresa con su entorno social y ecológico.

"Tienes que cuidar los equilibrios de lo que estás haciendo y no lo monolítico de la concentración que es Carlos Slim como un gran tumor en el tejido social. La visión de acumulación a expensas del resto es eso, la hipertrofia de una célula", afirma soltando una carcajada.

Sostiene que el principal logro de San Miguel ha sido conjuntar desarrollo comunitario, economía solidaria y soberanía alimentaria en torno al amaranto. Time is not money, time is life, recita Manrique como filosofía de vida.

Manrique ha dedicado los últimos 30 años a San Miguel, pero es enfático en señalar que la fábrica es fruto del esfuerzo y de la visión de otros dos hombres: su hermano mayor, Diego, urbanista de profesión, y Bruno Pagliai, un emprendedor italiano de 66 años que administra la planta bajo estándares de calidad y mejora en los procesos productivos.

POBREZA SISTÉMICA

Nacido en Colombia e hijo de un funcionario mexicano de la Organización Mundial de la Salud y de madre ecuatoriana, Manrique conoció la patología de la pobreza durante su infancia en la India, Ecuador, Argentina y Afganistán.

Arribó por voluntad propia a Huixcazdhá en 1986, tras terminar sus estudios de Medicina y Neurofisiología en la UNAM y un posgrado en inteligencia artificial en el MIT.

"Muy pronto te das cuenta que es una violencia estructural, realmente todo el fenómeno de marginación y pobreza, es sistémico", sostiene tras reconocer que lo marcaron los libros Los límites de la medicina y La sociedad desescolarizada del ensayista y pedagogo mexicano de...

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