Va de huelgas a huelgas

Antes de 1917 (año de la promulgación de la Constitución que -con las modificaciones aplicadas al caso- actualmente nos rige), la huelga no estaba expresamente mencionada en el derecho mexicano. Incluso, el Código Penal del Distrito Federal y Territorios castigaba con arresto de ocho días a tres meses y multa de 25 a 500 pesos a quienes pretendieran modificar los salarios o impidieran el libre ejercicio de la industria o el trabajo (artículo 925). Sin embargo, la primera huelga formalmente declarada ocurrió en 1865 por la Sociedad Mutualista del Ramo de Hilados y Tejidos del Valle de México. Ello como protesta por la reducción de salarios, los despidos injustificados, las excesivas jornadas de trabajo (16 horas para los hombres y 15 para las mujeres), los malos tratos y los descuentos a cargo de la tienda de raya.

Ya dentro de la dictadura porfiriana se dieron en número considerable, aunque no fueran reconocidas como tales. No obstante, hemos de aplicarnos solamente a las de mayor significación histórica: la de los mineros de Cananea (Sonora), por ejemplo. El 16 de enero de 1906, quince trabajadores mineros de la región se organizaron en una sociedad secreta: la Unión Liberal Humanidad, que quedó presidida por Manuel M. Diéguez, entonces ayudante de rayador de la mina Oversight, perteneciente a la empresa Cananea Consolidated Copper Co., llevando en la vicepresidencia a Francisco M. Ibarra, comerciante del campo Buenavista, y en la secretaría a Esteban Baca Calderón, carrero. Cuatro meses más tarde, el número de afiliados creció a 25, todos ellos dispuestos a combatir la dictadura porfirista, aun con las armas en la mano, figurando entre estos últimos Lázaro Gutiérrez de Lara, del Club Liberal de Cananea.

(Vale aquí anotar un paréntesis para consignar que, en la revolución maderista tanto Diéguez como Baca Calderón habrían de figurar muy destacadamente. Gutiérrez de Lara fue el "incógnito" acompañante del periodista norteamericano John Reed, cuyos reveladores reportajes en la zona esclavista de Yucatán y en el campo-prisión de Valle Nacional, Oaxaca, publicados más tarde como libro, México insurgente, concitaron apoyos decididos a los revolucionarios, de parte de importantes organizaciones obreras del medio oeste estadounidense.)

Como el 16 de mayo del año arriba señalado la compañía informó que la extracción de metal quedaba sujeta a contrato, lo que daba a los mayordomos carta blanca para efectuar despidos y/o aumento de horas en las...

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