Valoración del gobierno de la alternancia
| Autor | Rubén Aguilar Valenzuela |
La tarea central de todo gobierno de alternancia es conducir, de manera armónica e institucional, el proceso de cambio que implica pasar de un régimen a otro. Lo es también trabajar para terminar de desmantelar las estructuras políticas del viejo régimen, al tiempo que se da lugar al surgimiento de las propias del nuevo régimen político.
Desde este horizonte hay que preguntarse si el presidente Vicente Fox fue capaz de conducir el periodo histórico que es la alternancia, que significó pasar de un régimen de partido de Estado al inicio de uno caracterizado ya por un entorno democrático.
El presidente Fox cumplió esta tarea fundamental. Hay problemas y tensiones que son las propias de un cambio de tal envergadura, pero la alternancia ocurrió en tranquilidad y con el apoyo de un sólido marco institucional.
Conviene comparar, para entender mejor, lo que ocurrió en el proceso de la alternancia española que hubo de enfrentar un intento de golpe de Estado y ver lo que sucedió en Europa del Este. En Alemania desapareció un país; Checoslovaquia se dividió en dos países; Yugoslavia se fraccionó en múltiples países y surgieron los lamentables problemas étnicos.
En México el paso de la transición democrática a la alternancia fue terso. No estuvo marcada por la violencia ni se caracterizó por eventos traumáticos. En este periodo tuvieron lugar, están ahí los datos, cambios profundos en el ámbito político. A la vez que se mantuvo una sólida estabilidad económica. Esto no es poca cosa.
La alternancia nunca resulta fácil. Siempre hay resistencias claras. El viejo régimen se resiste a morir. Sucede en todos los países donde se ha dado éste fenómeno. El proceso es largo, pero lo importante es garantizar que se camina en la dirección correcta.
La alternancia, debe quedar claro, nunca es punto de llegada sino sólo el principio. Se inicia, entonces, la construcción del nuevo régimen que da lugar al establecimiento de la gobernabilidad democrática.
El viejo y el nuevo régimen político
Trabajar en el desmantelamiento del viejo régimen político e iniciar la construcción del nuevo, como ya se ha dicho, forma parte de la tarea central del gobierno de la alternancia. Se ha avanzado en esta dirección, pero es cierto que falta todavía mucho por hacer. Los más importantes cambios son:
1) Acotamiento del presidencialismo. Al tiempo que se eliminan las atribuciones metaconstitucionales del Presidente, se trabaja en la construcción de un real régimen presidencial. Esto no depende sólo del Ejecutivo federal, pero sí hay una clara intención del Presidente para que las cosas caminen en esa dirección. Quiere ajustar su acción a los términos que propone la Constitución y nunca ir más allá.
2) Profundización de la distinción de los poderes. Los tres poderes son ahora independientes. Los elementos de...
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