Vampiros Mexicanos: Un escudo contra el dolor

AutorMaría Eugenia Sevilla

Entre los encajes, gasas y terciopelos negros que guarda en el armario, junto a un póster autografiado del icono musical dark Peter Murphy, Francisca elige el atuendo que reflejará su estado de ánimo: si quiere que se le acerquen, optará por un vestido "tranquilo", pero si se siente evasiva, preferirá la ausencia de color.

"Me encanta la sensación de recluirme en una vestimenta; me sirve para mantenerme distante de quienes no quiero tener cerca", dice la chica vamper.

Bajo el ala de un sombrero de fieltro negro, su maquillaje blanco y la sombra que acentúa sus ojeras le darían el aspecto de no haber dormido nunca si no fuera por la brillantez de sus labios color ciruela.

"Tenemos que ser bellas, como los vampiros, que sólo con la mirada excitan. Si dejásemos de hacer caso a nuestros sentidos, detendríamos nuestro corazón", afirma la incipiente actriz.

La quinceañera eskata que se drogaba en las tocadas cedió lugar, hace cinco años, a la enigmática mujer que camina por el Chopo junto a su pareja, el profesor Bela Kinsky, un mexicano en los treinta, de capa, que da clases de teatro en Tepito.

Bela cuenta que desde pequeño disfrutaba los cuentos de brujas, pero fue hasta los años 80 cuando encontró resonancia a su sensibilidad melancólica en el movimiento contracultural de factura europea que se abría paso en la capital entre fanzines y antros de aspecto "decadente" donde se presentaban performances oscuros y músicas de figuras del dark londinense como los grupos Bauhaus, The Cure y Joy Division, a quienes los darketos de hoy aún rinden culto.

'¿A qué Hora Llegan los Vampiros?'

"Un día llegué al Chopo y pregunté: ¿a qué hora llegan los vampiros?", recuerda Bela. Habría de esperar hasta bien entrados los 90, cuando ya se vendían en el lugar prendas de inspiración renacentista similares a las que confecciona desde hace años con recortes que obtiene de las pacas de ropa usada de La Lagunilla.

"En la banqueta intercambiábamos información sobre libros de vampiros y leíamos a los poetas malditos, que muestran al hombre como es, aunque a la sociedad hipócrita no le guste aceptar su sombra. Ser dark significa encontrar tu luz a través de la oscuridad", sentencia.

Francisca y Bela se conocieron hace dos años. Desde entonces se refugian en la imagen romántica de "esa criatura refinada, poderosa y terrible" que es el vampiro. Ambos llevan su mundo de novela gótica a sus caminatas del Eje Vidal Alcocer al Metro Salto del Agua, para luego quitarse la...

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