Van a Londres 2012 con ¡Shakespeare!

AutorJulieta Riveroll

La Compañía Nacional de Teatro (CNT) será la embajadora de México en las Olimpiadas Culturales del Reino Unido al presentar en mayo en el Globe Theatre, de Londres, el montaje de Enrique IV y coproducir con la Royal Shakespeare Company (RSC) Un soldado en cada hijo, que podrá verse en julio en el Swan Theatre, de Stratford-Upon-Avon.

Escrita por Shakespeare para hablar sobre la construcción de la identidad de Inglaterra a partir del príncipe de Gales, quien está inmerso en el mundo del vicio, la obra Enrique IV será dirigida por el mexicano Hugo Arrevillaga.

Sin aludir directamente a México, el montaje toma en cuenta el contexto nacional, un año electoral en el sexenio de los "más de 50 mil muertos", al representar a un rey frágil y débil que empieza a sufrir una soledad cada vez mayor, como la de los presidentes en su último año de gobierno.

Arrevillaga también encuentra un eco de Felipe Calderón en el discurso de Enrique IV, donde apela a la unificación: "Nunca más la boca seca de nuestra tierra debe manchar sus labios con la sangre de sus propios hijos... Estos rostros hostiles, que hace poco chocaron cuerpo a cuerpo en carnicería civil, hoy deben marchar juntos".

En esas palabras se asoma un ser temeroso, paranoico por la culpa de haber actuado de manera errónea, que no tiene a su alrededor ni siquiera a su hijo y que intenta vencer una lucha interna, consideró el director de escena.

"Es una obra que habla sobre las relaciones con el poder y del vínculo padre-hijo, que son temas fundamentales para entender la identidad contemporánea".

Alfredo Michel Modenessi, miembro mexicano de la Shakespeare Association of America, tradujo al español Enrique IV, y José Ramón Enríquez realizó la dramaturgia. El montaje es resultado de una adaptación, pero no por ello se aparta del texto original.

Siete actores y una actriz de la CNT representan a más de 25 personajes en esta "tragedia habitada por la comedia", donde se hace una crítica festiva y humorística del poder, principalmente a través de Falstaff, quien encarna el universo de los bajos fondos.

"Si nos metemos a hablar desde adentro de la taberna sobre la corrupción en el poder y la mentira, no podemos hacerlo más que embriagados de alcohol, de felicidad, de cinismo y de ironía. Falstaff no nos permite ser trágicos, nos pide que seamos sarcásticos, irónicos y ácidos con la visión del poder. En medio de la guerra, él grita: 'Denme la vida'".

En el montaje también colaboran el coreógrafo Marco...

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