Vanuatu: El feliz archipiélago

AutorDebbie Pappyn

Fotos: David De Vleeschauwer

Siempre figura en las listas de "lugares más felices del planeta", cuando no gana de plano el primer sitio. Nuestra teoría es que al menos las personas más felices del mundo sí viven en este rincón del sur del Pacífico, conformado por 83 islas y tan poco explorado por el turismo.

Advertencia: su felicidad es contagiosa, y no dejarás de sonreír frente a las lagunas transparentes y desiertas, selvas vírgenes, volcanes despiertos y una que otra bebida extravagante que tienen que ofrecer.

Muchas preguntas: ¿cómo es?, ¿dónde está?, ¿por qué ir hasta ese rincón lejanísimo que nadie cercano a mí conoce? Bueno, pues imagina la Polinesia Francesa, Fiji y todas las elegantes islas del área, con ese ridículamente hermoso mar turquesa suyo, pero mucho más barato, mucho más auténticamente amable y mucho menos pretencioso.

Podrías compararlo con la salvaje y rebelde Papúa Nueva Guinea, pero más genuinamente amistosa con el turismo... y con mejor infraestructura para recibirlo.

Quizás la razón que te parezca más de peso sea que es posible que Vanuatu sea el archipiélago más amistoso del Pacífico. No muy lejos de la americanizada Fiji y de la más austera Samoa, pero la gente no anda por la vida quejándose tanto.

Al igual que sus populares vecinos, el archipiélago de Vanuatu en Melanesia al sur del Océano Pacífico es un pequeño paraíso, con todo y hermosas lagunas azules, playas de arena blanca, vibrantes arrecifes de coral y palmeras que se mecen.

La gran diferencia es que solamente un puñado inteligentes trotamundos y gente adinerada sabe dónde encontrar Vanuatu, porque es un paraíso fiscal donde te otorgan un conveniente permiso de residencia acompañado de un coco gratis.

No hay que ponerse suspicaz al escuchar las palabras "paraíso fiscal", porque pagas mucho menos en Vanuatu que en Tahití o Fiji, al tiempo que la atmósfera de "recompensa" es exactamente la misma.

El viaje a Vanuatu empieza con un vuelo en Air Vanuatu. Muchos sombreros de paja, telas con motivos de flores tropicales y, a la llegada a la capital Port Vila, un grupo de bienvenida aguarda vestido en coloridas camisas y guirnaldas de flores. Sin cantos folclóricos, sólo animadas melodías de jazz que te seguirán durante el resto de tu estancia, donde también serán la constante los sonrientes lugareños de mirada centelleante y caderas que se contonean.

En este rincón del Pacífico todavía les alegra genuinamente ver a los visitantes, y ningún aspirante a Robinson Crusoe se arrepentirá de este viaje.

¿QUÉ HORA ES? LA QUE GUSTES

En Vanuatu todo es felicidad. En el 2010, las guías de viaje Lonely Planet nombraron a este archipiélago de 83 islas volcánicas como uno de los lugares más felices en la Tierra. En el 2006, el Happy Planet Index (compilado por la New Economics Foundation and Friends of the Earth) también proclamó a Vanuatu como el sitio más dichoso del planeta.

Vanuatu merece el lugar número uno porque su población de poco más de 200 mil habitantes generalmente felices con un promedio de vida de 70 años, causa pocos daños al planeta: una pequeña huella de carbono y una gran sonrisa.

Las listas no mienten. De hecho, hay algo especial respecto a este destino. Es raro que los residentes de un sitio sean tan amistosos y tan dispuestos a sonreír.

Aunque, claro, no todo en Vanuatu es perfecto, y los residentes también tienen sus preocupaciones. Muchos todavía viven en aldeas remotas y rudimentarias, con pocas comodidades o servicios y, por ejemplo, los salarios son muy bajos, aún cuando el costo de la vida no es precisamente barato.

El supermercado Au Bon Marche, en Port Vila, exhibe precios a la par de los europeos, mientras que la cajera gana apenas unos 400 dólares al mes, y no podría hacer la compra en otro lado que no fuera el mercado.

Como turista, sin embargo, lo único incómodo es adaptarse al célebre "Horario isleño": si no hoy, entonces mañana; un vuelo se cancela repentinamente, y luego el avión despega unas horas después como si tal cosa, por ejemplo. Y olvídate de llegar a tiempo a una cita.

Aquí uno no camina dirigiéndose a algún lado, sólo se pasea. Y todo esfuerzo es seguido por una muy necesaria siesta. De modo que, en términos generales, es mejor no estresarse en Vanuatu, lo cual puede resultar una tarea difícil y un muy buen ejercicio para el que viene de una ciudad agitada.

Es un perfecto entrenamiento para relajarse, conservar el sentido del humor y la sonrisa. Porque en Vanuatu todo el mundo hace mucho de eso, alegre y exuberantemente.

PLAYAS DE CHAMPAÑA

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