VENTAJA COMPETITIVA / Corrupción no depende de elecciones

AutorFrancisco Fernández-Castillo

El costo anual de la corrupción es 8% del PIB (1.8 billones de pesos (bdp)). El monto total que las familias mexicanas dedican a la corrupción es el 14% de sus ingresos (0.9 bdp). Dentro de esas cifras están dádivas, pero también temas como la piratería. Y las empresas dedican anualmente 1.6 bdp al pago de acelerantes de trámites, pero también a temas relacionados con fraudes en donde México tiene el récord en probabilidad, incluso por delante de Brasil.

El gobierno es co-responsable de la corrupción en México. Pero una parte mayoritaria está auspiciada e incentivada por los particulares y las empresas. Y de lo que corresponde al gobierno, es a todos los gobiernos y poderes públicos y no sólo al gobierno federal que no ejerce la mayor parte del gasto público nacional.

A nivel de ciclos políticos y de colores en el ejecutivo, hoy, la percepción de corrupción en México está en los niveles más altos jamás registrados (123 puntos), pero al término del gobierno de Zedillo, que también era PRI estábamos en 59 puntos; al término de Fox (PAN) subió hasta los 70 puntos y con Calderón (PAN también) llegamos hasta los 105 puntos.

Por todo ello, el problema de corrupción en México ni es sólo político, ni es sólo federal ni tampoco es imputable a un partido. Es un problema nacional y hasta cultural en donde gobiernos, familias y empresas actuamos de manera cómplice. Gane quien gane la presidencia en julio del 2018 no nos va a cambiar el panorama. Y la corrupción hay que eliminarla, claro. Pero se eliminará desde las escuelas, familias y en el recambio generacional y también -aunque menos- en los juzgados y en las cárceles. Llevará tiempo.

Mal haríamos si concibiéramos las elecciones para castigar a un partido o pensar en eliminar la corrupción. El objetivo real de los próximos comicios es validar o no un modelo económico, un modelo de rol internacional, un modelo cultural y un modelo social. Y si los modelos con los cuales estamos caminando se reafirman, agarraremos como país cada vez más velocidad y estabilidad. Y si los paramos y los cambiamos, implicará en muchos temas perder una inercia y volver a empezar, renunciando de alguna forma al camino recorrido; generando nuevas oportunidades, seguro que sí, pero también nuevos problemas.

La estructura de partidos en México a nivel ideológico está definida. Hay partidos conservadores y...

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