'Me veo trabajando'

AutorMartha Martínez

FOTOS: ODETTE OLGUÍN

El 29 de julio de 1988, Cuauhtémoc Cárdenas llegó a la casa de Manuel Aguilera, amigo de Manuel Camacho Solís, ahí lo esperaba Carlos Salinas, quien había sido declarado Presidente electo en medio de acusaciones de fraude.

Alrededor de hora y media, permanecieron reunidos Cárdenas, Salinas y Camacho Solís. Durante el encuentro, al que el ingeniero asistió sin consultar a los integrantes del Frente Democrático, intercambiaron impresiones sobre la elección.

Después de varios minutos de cordial conversación, Salinas lanzó la pregunta clave: "¿qué quiere?". Buscaba un pacto con el hijo del general Lázaro Cárdenas, creador y moldeador del PRI.

La respuesta del ingeniero fue la que había hecho pública desde el 6 de julio de ese año: "Que se limpie la elección". Luego de unos minutos en los que Salinas le insistió en no enrarecer el ambiente político, Cárdenas le planteó un reto: tomar una muestra de mil casillas; si se encontraban irregularidades, el priista aceptaría un recuento de votos; si no, el Frente Democrático validaría los resultados.

Salinas aceptó y designó a sus representantes; se despidieron. Esa sería la única reunión que ambos sostendrían.

"No cedió nunca ni un milímetro en la defensa de esa causa, y ¿cuál era la causa?, la democratización del país, la corrección del rumbo económico. Tan no cedió que nos pasamos todo el sexenio en un enfrentamiento con el cardenismo de parte del gobierno de Salinas", rememora Camacho Solís.

La muestra nunca se realizó, el priista protestó como Presidente, pero el encuentro marcó la vida y trayectoria del ingeniero. Su camino público podía haber sido el de cualquier político de élite beneficiado por el partido que lo había llevado a ser gobernador de Michoacán, pero eligió la oposición, la apertura democrática, la confrontación con el régimen y los principios de la Revolución, el movimiento que ha inspirado su trayectoria.

Ideales revolucionarios

Rodeado de bustos y cuadros de su padre y mentor, y de algunos de los ídolos que compartió con él -Emiliano Zapata y Francisco Villa-, Cárdenas atiende la entrevista en su oficina en Lomas de Chapultepec, en la casa que compartió con sus padres hasta que se casó con Celeste Batel, en 1963. Se define como político.

"Las ideas y las causas a las que se sumó mi padre, por las que luchó, las que defendió a lo largo de su vida, yo las conocí. Me convencieron, me parecieron correctas y justas y he tratado de seguirlas impulsando".

Saca de la bolsa de su camisa blanca dos plumas y unas tarjetas en las que anota nombres, teléfonos y pendientes, una práctica que lleva a cabo como parte de su rutina diaria.

Próximo a cumplir 80 años, su gesto adusto es el de siempre, no así su semblante: tiene el cabello canoso, sus cejas de un tono blancuzco y sus ojeras más pronunciadas. Viste saco gris, pantalón beige y corbata oscura.

Explica las razones por las que se convirtió en opositor del PRI.

"Buscar, junto con otros compañeros, que el partido como tal no se desviara de sus principios revolucionarios fue la razón del rompimiento. Quienes nos fuimos a la Corriente Democrática nos mantuvimos fieles a nuestros principios y compromisos ideológicos, y quienes se fueron por otro lado son quienes claudicaron de sus principios", sostiene.

Ex priista, ex funcionario federal, ex senador, ex gobernador, ex candidato presidencial y fundador del PRD, Cárdenas es considerado promotor de la democracia mexicana; fue impulsor de la escisión más importante del PRI, el primer político en realizar un mitin en Ciudad Universitaria, el primer jefe de Gobierno electo del DF y el fundador del partido de izquierda más emblemático, pero no pudo ser Presidente.

Quienes lo conocen lo califican como un hombre culto, congruente, disciplinado y conocedor del país.

"Tiene una sensibilidad extraordinaria, aunque él constantemente dice: 'no tengo una bola de cristal para ver el futuro', sus análisis y decisiones son muy acertadas desde un punto de vista honesto y congruente", asegura Jorge Martínez, quien lo acompañó desde que se conformó el FDN.

Sus detractores lo señalan como obsesionado con el poder y que se ha beneficiado de la figura de su padre. En el libro La búsqueda, Enrique Semo describe: "Cuauhtémoc es, a la vez, parte de la élite gobernante y hombre respetado de la izquierda independiente. En 1988 se produjo la ruptura política, pero las relaciones personales y familiares persistieron".

Lo que más le han criticado son sus tres intentos de llegar a la Presidencia. En opinión del ingeniero, sus candidaturas son producto de las circunstancias.

"En 1988, fue la primera, una decisión que tomamos los que formamos la Corriente Democrática, después de la invitación que me hicieron varios partidos políticos. En 1994, fue la salida lógica a como se habían dado los acontecimientos de formación del PRD, del trabajo político, de tener presencia el partido en muchos gobiernos municipales. En el 2000, tres años antes había ganado la jefatura de Gobierno del DF; dentro del PRD no había ningún otro compañero que tuviera esa condición y me parece que fue lógico que yo resultara el candidato", reflexiona.

Hijo de un presidente

Cárdenas llegó a la política después de varios años de aprendizaje al lado de su padre, quien lo llevaba a sus giras por el país desde que era adolescente; le daba a leer sus discursos y lo involucraba en las discusiones con colaboradores, políticos y funcionarios.

"Casi siempre estaba con el general. Cuauhtémoc tomaba nota de las solicitudes de apoyo que le hacían, pero, además, cuando había discusiones políticas estaba ahí. Fue una gente que estuvo muy pegada a niveles top de decisión política con su padre, porque su padre se lo jalaba para eso", rememora Luis Prieto, acompañante de los Cárdenas en muchas de sus giras.

Nació en el DF el 1 de mayo de 1934 a las 18:00 horas, seis horas después de que Lázaro Cárdenas pronunciara, como candidato del Partido Nacional Revolucionario a la Presidencia -hoy el PRI- su discurso del Día del Trabajo.

Sus primeros seis años, Cuate, como lo llamaban sus padres, los vivió en Los Pinos. Es conocida la frase del panista Carlos Castillo Peraza que hace alusión a su condición de hijo presidencial: "Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano disfrutaba del privilegio de correr por los...

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