Verónica Baz / El éxito del microfinanciamiento

AutorVerónica Baz

Lejos quedaron aquellos tiempos cuando el Estado era el único capaz de promover el desarrollo social. Cada vez más soluciones a los problemas de los mexicanos surgen de organizaciones de asistencia social y, sorprendentemente, de la iniciativa privada. Pero, mientras que en otros países el vínculo entre la iniciativa privada y el desarrollo de su gente es más explícita, en México todavía nos cuesta trabajo hacer esta conexión. Muchas personas siguen esperando que todas las soluciones provengan del Gobierno.

No hay un mejor ejemplo que Muhammad Yunus de Grameen Bank recibiendo el Premio Nobel de la Paz para ilustrar el vínculo entre desarrollo e iniciativa privada. Hace 10 años hubiera sido impensable que una persona que creó un modelo exitoso de microfinanciamiento pudiera recibir, al igual que la Madre Teresa, Lech Walesa o Nelson Mandela, el Premio Nobel de la Paz. El que Grameen Bank haya sido puesto en la misma categoría que organizaciones como las Naciones Unidas o Médicos sin Fronteras es algo que da pie a la reflexión.

Hoy cualquier persona entiende por qué el microfinanciamiento, además de ser relevante para la sociedad, es un buen negocio. Sin embargo, hace más de dos décadas, cuando organizaciones como Grameen Bank y Acción Internacional daban sus primeros préstamos, esto no quedaba tan claro. Las agencias de microfinanciamiento cambiaron paradigmas, detectaron incongruencias, entendieron las necesidades y adoptaron un nuevo esquema para satisfacerlas.

Así, la historia del microfinanciamiento es una de innovación. El reto fue en su momento el siguiente: las personas para quienes un préstamo tendría el mayor impacto en sus vidas no contaban con las credenciales para obtenerlo. Mientras que la banca comercial seguía esperando que "los pobres" se integraran a la formalidad y cumplieran con los requisitos vigentes para poder recibir sus servicios, el modelo de microfinanciamiento se hizo la pregunta inversa: ¿qué necesitamos para otorgarle créditos a personas que no tienen colateral, historial crediticio o propiedad alguna y al mismo tiempo mantener un bajo nivel de baja cartera vencida?

El resultado fue un modelo que se apoya en redes y mecanismos sociales ya establecidos para dar créditos no sólo individuales, sino también grupales. Las personas pagan sus deudas porque hay una presión social o de grupo, porque están interesadas en volver a recibir préstamos y porque valoran la oportunidad que nadie antes les había brindado. Otro...

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