Los viñedos privilegiados

AutorRogelio Elizalde

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MENDOZA, Argentina.- El Valle de Uco es una región mandada a hacer para el vino. La combinación de factores de altura (entre 900 y mil 200 metros sobre el nivel del mar), suelo rico en minerales, irrigación con agua de los Andes, poca lluvia y muchos días soleados generan uvas de gran calidad para hacer el vino reconocido alrededor del mundo como uno de los mejores.

Walter, uno de los expertos de The Vines of Mendoza, propiedad especializada en el cultivo de vid, explica cómo las uvas obtienen profundidad de sabores también gracias a que durante el día la temperatura tiene una amplia fluctuación. Con ello la piel de la uva se robustece y hace que se concentren los sabores, continúa el experto.

Algo curioso de esta propiedad es que muy pocas de las uvas cultivadas son suyas. The Vines of Mendoza vende a particulares parcelas a partir de 1.2 hectáreas, pero son ellos quienes se encargan de la siembra, cuidado, cosecha y venta. Los dueños, que suman 135, eligen qué cepa sembrar y si después quieren hacer vino o vender la cosecha. Alrededor de 300 vinos únicos se producen en este complejo, con 26 varietales de uva.

Cuando los propietarios visitan su finca pueden optar por quedarse en una de las villas de lujo que ofrece The Vines of Mendoza, inauguradas apenas este año, las cuales tienen una o dos habitaciones, cocina, sala y jacuzzi al aire libre. Quienes no quieran preparar ahí sus propios alimentos pueden ir al Siete Fuegos, restaurante que aplica todas las maneras de cocción de la región: parrilla, plancha, infiernillo (una placa de metal por encima y otra por debajo), horno de barro, rescoldo (parecido a como se prepara la barbacoa de hoyo), asador y caldero.

Para no tener que salir de la propiedad en Valle de Uco, uno de los proyectos más ambiciosos consiste en crear un recorrido por 10 bodegas en un día, algo hoy imposible en Mendoza por las distancias entre ellas. El proyecto podría quedar para fines de año; una de las bodegas que ya está lista es Giménez Rilli, aprovechamos para visitarla.

Es la propia familia quien atiende esta bodega. Brinda un tour explicando el proceso y las etapas del vino. Federico Giménez Rilli abre una barrica de roble francés donde reposa un Malbec y sirve un poco para que los visitantes prueben.

"El vino es delicado y hay que vigilarlo en cada etapa", dice. "Todo debe ser con paciencia. Por ejemplo, a este le quedan unos 16 meses más antes de que lo embotellemos".

De pronto se ve correr a Federico...

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