Viajando Ligero / San Miguel: refugio favorito
| Autor | Jimm Budd |
Del 19 al 28 de julio, San Miguel de Allende será una de las dos sedes del Guanajuato International Film Festival, lo que siempre es un buen pretexto para planear la visita a esta ciudad especial.
Se dice que casi dos tercios de los huéspedes que llegan a un hotel aquí tienen domicilio en algún lugar de México. Esto no sería novedad en cualquier otro sitio, pero San Miguel tiene la reputación de ser una especie de ghetto gringo, un lugar que los ya entrados en años "babyboomers" estadounidenses eligen para pasar sus últimos días.
Posiblemente sí, pero ese hecho también significa que se trata de una población cuya principal intención es tener una alta calidad de vida en sus últimos años, lo que hace que la antigua ciudad ahora sea atractiva también para los chilangos, tapatíos y jarochos.
Es en serio. San Miguel tiene hoteles operados por dos de las cadenas más sibaritas del mundo: Orient Express y Rose-
wood. Y epicúreos que rehúyen de las cadenas se refugian en hoteles boutique de lujo. Hay muchos, y cada año se abren más. Aunque eso no significa que San Miguel sea caro. Es cierto que City Express aún no ha llegado, pero tampoco es que ser rico sea requisito para la visita.
Y en los últimos tiempos, no sólo los lugares especiales para quedarse, sino también aquellos especiales para comer, atraen a los "findesemaneros".
Los sitios que ofrecen alimentos orgánicos son muy apreciados ahora. Uno de los favoritos de moda es Vía Orgánica, de hecho más de uno podría decir que un lugar bastante incómodo (las mesas y sillas están hechas de tablas de los que ni siquiera se han eliminado astillas) a orillas de la ciudad, pero que se precia de sembrar todo lo que sirve.
Incluso el desayuno en San Miguel puede ser un ritual, con los conocedores susurrando entre sí acerca de qué lugar sirve el mejor café de Coatepec con churros.
Ya más tarde, las recomendaciones se centran más bien en martinis o, sobre todo por estos días, en los tips para ir en busca de mezcales que no están disponibles en ningún otro lugar.
Algunos chefs locales tienen un público que una estrella de rock envidiaría. Sus restaurantes funcionan casi como los clubes, y en un fin de semana puede ser necesario hasta hacer uso de alguna "palanca" para obtener mesa.
Para los que quieren hacer más que dormir, comer y beber en su fin de semana, San Miguel tiene un campo de golf, aunque de sólo nueve hoyos, y no precisamente barato. Y canchas de tenis... éstas sin hoyos, claro. Luego están...
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