Para viajeros de buen olfato

AutorHéptor Arjona

A medida que el camino de la montaña se estrecha, el paisaje comienza a sugerir visiones de otra época.

Las bardas que protegen las fastuosas villas están recreadas al estilo Borie (construcciones de piedra hechas de manera rudimentaria en la antigüedad), con piedras de la región, la cuesta arriba parece no terminar y, de una curva a otra, aparece Gordes de pronto a primera hora de la mañana, cuando la niebla matinal del verano se esparce hasta desaparecer en el valle de Luberon.

Con este primer golpe de vista se entiende que artistas como Marc Chagall hubieran elegido este lugar para asentarse por temporadas largas para la creación de algunas de sus mejores obras.

Huele a lavanda. Toda la región esta llena de campos de esta planta que se disputa terreno con los espacios de cosecha del girasol, y los viñedos que se usan para hacer vinos rosados, otra especialidad local en toda esta parte del sur de Francia.

Gordes es un pueblito pequeño, construido en la cima de una colina, y, quizás por discreto y aislado, se trata también de un sitio favorito de gente famosa y adinerada que ha hecho de este lugar su morada de verano o de retiro, para escapar de sus agitados mundos bajo los reflectores.

La cotidianidad también es discreta. Sólo los días de mercado la plaza pública se anima con comerciantes de poblaciones cercanas que ofrecen sus productos, especialmente los derivados de la lavanda, como jabones y esencias.

El café del centro es un lugar pintoresco, donde tomar el aperitivo es un acto casi religioso, y el café con croissant de la mañana es una tradición tan respetada como los días de mercado.

Vestigios aromatizados

Esta pequeña aldea forma parte de los catalogados como "Pueblitos más bonitos de Francia" (Les Plus Beaux Villages de France), un programa establecido en los años 80, similar al de "Pueblos Mágicos" en México.

Entre las curiosidades locales están los vestigios de un poblado Borie, construcciones realizadas totalmente en piedra seca, cabañas, establos y hornos de pan que datan del siglo 8. Este tipo de extraños asentamientos se diseminan por todo el departamento de Luberon, y constituyen sin duda uno de los mejores encantos de este país ya de por sí tan encantador.

A pocos kilómetros de Gordes, descendiendo un caminito estrecho y panorámico, se llega a la abadía Sénanque, un ícono del sur de Francia. El intenso aroma de espliego que despide el campo de lavanda, cosechado frente al convento, da una festiva bienvenida a los...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR