La vida con el narco

CAMARGO

La narcocausa

CAMARGO / TAMAULIPAS

El desempleo rural causado por la falta de agua en esta región desde que se construyó la presa El Cuchillo, es el culpable del florecimiento del narcotráfico en Camargo, según algunos habitantes de este municipio en el que se encuentra Guardados de Abajo, lugar donde el Ejército y la PGR irrumpieron el 9 de abril para detener a 22 presuntos traficantes.

Dos semanas después de la intervención oficial, los camarguenses esperan recuperar la paz y la tranquilidad en sus calles.

Cuentan los mayores que Camargo era un municipio pacífico, dedicado 100 por ciento a la agricultura e incipiente comercio fronterizo. Pero en 1996 empezaron sus desgracias.

Ese año, dicen, se resintió la retención de aguas de riego del distrito 026 provocada por la presa El Cuchillo. El desempleo de parceleros trajo entonces consigo una ola de robos que hizo surgir una guerra entre narcobandas por apropiarse de la plaza que quedó vacante tras el arresto de Juan García Abrego.

La agricultura quedó en un segundo plano y los propietarios de parcelas optaron por irse a trabajar a Estados Unidos.

"Pero de pasaporteados, no de braceros", expresa Emilio López, un camarguense que dice no percibir la presencia de los narcos aquí y que es el turismo texano el que reactiva el comercio cada fin de semana.

"Primero nos quitaron el agua con esa presa que nos atravesaron", dice don Simón, otro camarguense.

"Luego no sé qué pasó que empezamos a ver lo que nunca; crímenes, secuestros, balaceras, heridos. Con decirle que hasta granadas echaron la otra vez, la última hace tres meses. Nunca en la historia de Camargo habíamos visto eso".

Un bolero de la plaza principal cuenta que empezaron a darse casos de vendedores dedicados toda su vida al ambulantaje, pero que de repente traían camioneta último modelo tipo Blazer o Bronco.

"Mire, los sábados me sacaba más en propinas que de boleadas, me echaba a la bolsa como 600 pesos, ahora no junto ni 200. La ciudad está calmada, los de los billetes se fueron", lamenta.

René Maldonado, un residente de Camargo que pasea por la plaza principal, aplaude la presencia de los militares en las salidas y entradas del municipio, porque impide que los jóvenes se droguen tranquilamente en las calles.

"A'i andaba quemando llanta y drogándose mucha raza que luego luego se veía que andaban mal".

Un ciudadano que se boleaba en la plaza interviene:

"Aquí es fácil ver quién se anda moviendo (traficando droga), tú dices, 'mira fulano, toda su vida de chicharronero' y de repente salía con una casona, ¿pues de dónde?", cuestiona.

"Aquí el que no se fue para el otro lado, se fue a la maquiladora, pero si ves a alguien que no trabaja, que nomás anda dando la vuelta con troca del año, nuevecita, es que anda morraleando; en la maquiladora para ganar mil pesos por semana tienes que chin... 12 horas diarias y hasta sábados y domingos; en la morraleada, no sé...".

El Alcalde Lorenzo Ramírez Díaz posee otra explicación: muestra las tres maquiladoras ubicadas en el municipio como su orgullo, porque dan empleo a más de 2 mil 500 jefes de familia.

De ellos, asegura, al menos un millar habían quedado desprotegidos por la falta de siembras.

"Ahora vienen hasta gente de otros estados a buscar trabajo, hay gente de Veracruz, de Chiapas, del sur del estado", comenta.

Por ahora, descansar en la banca de la...

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