Vigila el Ejército entierro de capo

REFORMA / Staff

CULIACÁN.- El Ejército encabezó ayer el convoy en el que fue trasladado el cuerpo de Arturo Beltrán Leyva al panteón Jardines de Humaya, donde fue enterrado ante la presencia de familiares y amigos, en su mayoría mujeres y niños.

El último adiós de "El Barbas" provocó llantos, gritos y sollozos entre los asistentes, y fue despedido sin los acordes de alguna tambora sinaloense.

Más de 150 elementos castrenses tomaron las principales calles aledañas a la casa funeraria en que velaban a Beltrán e implementaron un fuerte operativo de vigilancia y revisión.

Mujeres y niños reflejaban asombro y temor al ser revisados por los soldados, mientras que dentro de la funeraria Moreh algunas mujeres le lloraban al fallecido líder del cártel, a quien la DEA calificó como uno de los capos más peligrosos.

Ayer, múltiples coronas y monumentales arreglos florales de amigos y familiares fueron enviadas al lugar, tapizando las paredes del edificio.

A las 12:00 horas, una misa de cuerpo presente fue oficiada en las capillas B y C, en donde según declaraciones de los presentes sólo estuvieron seis hombres.

Los militares permanecieron afuera durante 16 horas, con el fin de evitar algún posible ataque. Además, algunos más vestidos de civiles vigilaban al interior de las salas.

"Los soldados se han portado muy bien con todos, ellos nos comentaron que era para seguridad de los familiares y de la gente de Culiacán, la verdad es que no tenemos ninguna queja en contra de ellos", dijo uno de los familiares.

Otro de los asistentes aseguró que ni los hermanos ni el padre del capo acudieron al funeral.

Pasada la una y media de la tarde del domingo, el ataúd fue llevado al panteón en un carroza seguida de 10 vehículos, entre ellos cinco unidades castrenses que protegieron el...

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